PUERTAS ADENTRO DE LA CASA/GALERÍA DE MARLI MATSUMOTO EN VIA MADALENA, SÃO PAULO
Con la pasada exposición de Rosario López, Tapizar el Paisaje, la galería de Marli Matsumoto recibió y fue refugio de una fuerte expresión artística que, a través de tapices apocalípticos y fotografías de una historia industrial reciente, narra la historia de cómo se da forma al paisaje, se lo construye o se lo destruye. En esta entrevista, la fundadora de la galería en San Pablo profundiza en las bases que dieron vida a la galería y su interés por aportar un espacio para artistas jóvenes y arte contemporáneo experimental.
¿Por qué eligió una casa como locación para su galería? ¿Qué hubo en el carácter doméstico del espacio que la inspiró a transformar la casa en una galería?
Fue una sucesión de acontecimientos. Esta casa, y no otra, materializó la voluntad de abrir una galería, no fue la búsqueda de un espacio doméstico, fue una casualidad. Resultó ideal para exposiciones e instalaciones a escala y proporciones humanas, de contacto cuerpo a cuerpo con las obras de arte.
Construido a finales de los años 50, con líneas modernistas, planta simplificada, paredes y puertas de vidrio del suelo al techo, la fachada aporta luz natural y vegetación al interior al igual que iluminación natural y el verde del exterior.
¿Qué aporta tener un espacio exterior que también funciona como espacio de exhibición?
En la inauguración, el artista Jarbas Lopes regaló la galería y su jardín e incluso la bendijo con la instalación de su obra de 2008 Lona Coração, un enorme corazón en el centro de un lienzo amarillo extendido por su espacio exterior.
La zona exterior de la casa ya ha sido escenario de la performance/danza Corpo a Beira da Crise del artista Élle de Bernardini, mezclando su formación de bailarina clásica con la práctica del Butoh. En la exposición Cultivo, organizada por la artista Raphaela Melsohn, el jardín estaba ocupado por sillas de playa para las sesiones de vídeo Quartzo, de João Simões, y Goodbye Snowball, de Rasel Ahmed. El pasado mes de octubre, la artista Rosario López instaló rocas o montañas que, según el espectador, configuran una especie de jardín zen japonés.
¿Cuál es el mayor diferencial de la galería?
Valoro el programa de exposiciones y además de las muestras individuales de los artistas representados, me gusta invitar a curadores y artistas-curadores que reúnan la joven producción brasileña de un lado, con obras de artistas consagrados, brasileños y extranjeros; reforzando la intención de mantener trabajos en colaboración, en asociación con galerías y proyectos culturales independientes.
La galería también presenta en el mercado secundario una selección de obras de la mejor calidad y procedencia, exclusivamente de artistas con los que he trabajado personalmente, como Anna Maria Maiolino, Antonio Dias, Cildo Meireles, Lygia Pape y Mira Schendel. Este segmento, dentro del espacio de la galería, habla todo el tiempo con la producción de artistas jóvenes, en el sentido de una fundamentación e historicidad.
¿Qué tiene en cuenta a la hora de elegir las muestras que ingresan a la galería? ¿Hay un criterio de elección para artistas y tipos de trabajo?
Se da preferencia a los proyectos de artistas jóvenes o a los proyectos más experimentales.
Por ser una casa, la galería permite experiencias diferentes a las de un cubo blanco. Por ejemplo, he invitado al artista pionero del site specific en Brasil, Umberto Costa Barros (Río de Janeiro, 1948), a desarrollar un proyecto para la galería durante la Bienal de São Paulo, en agosto de 2023. La curadora será Catherine Bompuis, gran conocedora de su obra y que le ha acompañado durante muchos años. Es un artista que interfiere directamente en el propio espacio expositivo y su obra está determinada por el lugar. Y habla todo el tiempo de arte.
¿Qué le aporta la galería a los artistas que exponen?
Además del espacio, la galería ofrece apoyo al montaje, difunde y promociona las exposiciones, introduce la producción del artista para los coleccionistas e instituciones nacionales e internacionales. Desde su apertura en agosto de 2021, hemos realizado 10 exposiciones y participado en 2 ferias de arte, SPArte y Arpa, y en 2023, además de las nacionales, realizaremos la primera feria internacional, ZonaMACo, en México, con una individual de Élle de Bernardini.
Tapizar el paisaje:
¿Qué significó para usted personalmente albergar esta exposición en su galería?
Sigo y admiro la obra de Rosario López desde hace muchos años y me alegró mucho traer a Brasil la exposición Tapizar el Paisaje, curada por Alexia Tala.
¿Qué significó para la galería?
Para la galería, traer esta exposición demuestra su interés por crear diálogos con artistas latinoamericanos. Se organizaron varias reuniones con la artista y el curador, con la intención de dar a conocer su obra, y la respuesta fue excelente y creo que la exposición ha contribuido y sigue contribuyendo al establecimiento de la galería en el mercado nacional e internacional.
Tapizar el Paisaje expone una mirada ecologista y un deber ético de cuidado al territorio. ¿Se siente interpelada por este discurso? ¿Siente un deber o responsabilidad social de dar visibilidad al arte que atiende este tipo de temática?
Es imposible no relacionar la exposición con los temas de ecología y territorio, presentes en la obra de Rosario López. Son temas que se debaten a escala mundial en los más diversos ámbitos y veo natural que estén presentes en las exposiciones de la galería.
Es importante mostrar a artistas jóvenes las cuestiones políticas, sociales, ecológicas, raciales y de género que son cruciales para nuestra contemporaneidad y se reflejan en las obras, pero no busco un tema específico; me interesa más su calidad intrínseca.
¿Cuál es el statement de la galería? ¿Sobre qué pilares se fundó, con qué objetivos, por qué es necesaria?
En este primer año, el espíritu de libertad ha regido sus exposiciones con la intención de experimentar con el espacio, crear nuevas relaciones, percibir el comportamiento del lugar y del público, y cómo disfrutaban de las obras. La programación valora la estructura del pensamiento y la galería ha contado en su formación, además de las obras de los artistas, con el trabajo de los excelentes curadores y críticos de arte, Juliana Monachesi, Catherine Bompuis, Alexandre da Cunha, Raphaela Melsohn, Tálisson Melo, Alexia Tala, Tiê Jojima, Pablo Leon De La Barra y Francesco João.
Presentamos artistas brasileños y extranjeros, como Cildo Meireles, Anna Maria Maiolino, Lygia Pape, Julio le Parc, Rirkrit Tiravanija, Richard Wentworth, y jóvenes artistas como Daniel Albuquerque, Élle de Bernardini, Elvis Almeida, Gaya Rachel, Juan Casemiro, Leka Mendes, Raphaela Melsohn y Rosario López.
Un medio brasileño destaca la “atmósfera zen” que se crea en la galería. ¿Es esto algo premeditado? ¿Qué efectos trae a la hora de apreciar las obras?
La atmósfera zen descrita acaba siendo una perspectiva posible. La relación entre los espacios de la casa, tanto internos como externos, son criterios esenciales a la hora de visitar una exposición, ya que actúan directamente sobre las formas de ver las obras. Quizá mi ascendencia japonesa haya contribuido al ambiente zen de la galería.
¿Qué quiere enseñar/transmitir a través de la galería y los proyectos que ingresan?
Los proyectos seleccionados o construidos son el resultado de decisiones dentro de las realidades que están sucediendo, por ejemplo, la idea de un artista/curador y la presencia de Alexandre da Cunha en Brasil, le hizo curar la exposición SOL en la galería y nuestra intención es trabajar sobre arte, mostrar arte, provocar un cuestionamiento.