ARDOR PERLA: LA VISIÓN HERIDA COMO ARCHIVO
En su nueva muestra en VIGIL GONZALES Galería, Germán Sandoval explora los límites entre percepción, delirio y memoria política a partir de una hipótesis improbable: las alucinaciones inducidas por el gas lacrimógeno.
En Ardor Perla, Germán Sandoval construye una narrativa visual y verbal que parte de una conjetura científica imposible: “no existe ningún paper que asegure que el gas lacrimógeno induce alucinaciones”, aclara el artista. Sin embargo, sobre esa incertidumbre levanta una trama que combina documentos médicos, estudios experimentales y testimonios fragmentarios para indagar cómo la visión, cuando se ve herida, puede convertirse en una forma de creación.
La exposición, inaugurada el 26 de septiembre en VIGIL GONZALES galería, propone un recorrido que se mueve entre la pintura, la palabra y la investigación. Según Sandoval, una de las operaciones centrales del proyecto consiste en “hacer convivir fragmentos de conocimiento inconexos, desbordar el ámbito estrictamente científico y someterlos a una lectura plástica y poética”. Así, de ese entrelazamiento surge una “narrativa posible”, donde la experiencia corporal se vuelve también una experiencia narrativa.
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Vista de instalación "Germán Sandoval: Ardor perla". Cortesía VIGIL GONZALES Galería
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Vista de instalación "Germán Sandoval: Ardor perla". Cortesía VIGIL GONZALES Galería
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Vista de instalación "Germán Sandoval: Ardor perla". Cortesía VIGIL GONZALES Galería
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Vista de instalación "Germán Sandoval: Ardor perla". Cortesía VIGIL GONZALES Galería
Los testimonios que componen el núcleo textual de la muestra —“recogidos, reescritos y situados en un umbral ambiguo entre la oralidad y la literatura”— funcionan como contra-documentos: relatos que describen visiones, heridas y voces que responden, con dificultad, a la pregunta “¿qué viste?”. Este archivo verbal se cruza con dos pinturas que evocan la nube química del gas lacrimógeno —“en tanto cortina y espectro”— y con cinco obras centradas en el ojo lastimado como superficie de inscripción.
En ese cruce entre fisiología y política, Sandoval tensiona las fronteras entre lo visible y lo imaginable. La pintura adquiere un carácter casi táctil, como si intentara “darle volumen a lo indescriptible”: manchas, laceraciones y residuos visuales que materializan lo que escapa al relato. Pero Ardor Perla no se limita a una reflexión sobre la violencia física. También indaga el exilio y la distancia histórica, proponiendo “una mirada desplazada, que se sabe poco confiable pero que, justamente por eso, se vuelve rica en potencia crítica”. La imposibilidad de narrar objetivamente se convierte así en una herramienta poética: una manera de reinscribir la memoria desde sus desvíos y grietas, desde aquello que permanece en los bordes de la visión.
Ardor Perla puede visitarse en VIGIL GONZALES Galería, Av. Presidente Roque Sáenz Peña 628, P4, Buenos Aires (Argentina).

