LA OSCILACIÓN ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN EN LA GALERIE JOCELYN WOLFF
A través de su muestra ThéâtrEErreuR, Diego Bianchi (Buenos Aires, 1969) explora la disección de una forma poética de lo cotidiano, celebrando el desorden, el absurdo y la entropía social.
El teatro es un dispositivo óptico. Desde la platea hasta el escenario, se activa un mecanismo. Inmoviliza los cuerpos, dirige la mirada, estabiliza su recorrido. Pero el teatro también es un sistema de creencias: sin él, esos arreglos físicos no se sostendrían. Los términos del contrato son simples: hay que tener fe en la ficción.
Para su exposición en la Galerie Jocelyn Wolff, Diego Bianchi asume el rol de dramaturgo. De sala en sala, estructura el espacio a través de una serie de escenas eclécticas: en una caja o sobre un estante se disponen una mandarina, un huevo, un picaporte, una hoja seca, un dedo... Cada una de estas cápsulas forma un teatro en miniatura donde el tiempo se ha estirado. Congelada en el instante de un “cuadro”, la escena queda interrumpida, la narrativa se fragmenta. En esa suspensión, nuestra mirada se ajusta, y elementos antes inadvertidos salen a la luz. Bastan estos gestos mínimos para hacer tambalear el mundo, ralentizar su movimiento, hacerlo oscilar entre la realidad y la ficción.
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Diego Bianchi´s studio, Cité Internationale des Arts, Paris, 2025
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Diego Bianchi´s studio, Cité Internationale des Arts, Paris 2025
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Diego Bianchi´s studio, Cité Internationale des Arts, Paris, 2025
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Diego Bianchi´s studio, Cité Internationale des Arts, Paris, 2025
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Diego Bianchi´s studio, Cité Internationale des Arts, Paris, 2025
Esta vibración de lo real despliega otra temporalidad: la de un presente exaltado, donde el residuo naciente, las herramientas inútiles, los objetos olvidados y toda la materia desechada recuperan su dignidad. En medio de todo esto, el visitante es un igual. Sumido en esta atmósfera, el observador se convierte en observado; esta inversión nos desorienta.
La incomodidad nos mantiene alerta; se instala una intuición: la escena continúa fuera de campo. No estaba destinada a nosotros. Este error abre una fisura; acoge lo inesperado y el control se escapa. Hay que aceptar esta pérdida. El espacio se libera, dando lugar a un sitio donde los tabúes, la intimidad y el erotismo encuentran residencia.
ThéâtrEErreuR estará abierto al público hasta el 19 de julio de 2025 en la Galerie Jocelyn Wolff, 43 rue de la Commune de París (Francia).

