ENTRE CULTURA Y NATURALEZA – INSTALACIONES BIENALSUR EN SUIZA
¿Cómo situar la dimensión artística -y con ella la reflexión sobre el medio y la condición humana- en un paisaje natural que deslumbra a quien lo habita?
Esta es una de las cuestiones que anima la selección de obras que integran la primera intervención con esculturas en el espacio público de BIENALSUR en Crans-Montana, Suiza.
Un enorme ojo de cerradura que tiene en su cima escrito “Invisible” se instala en un entorno de montañas y valles como testigo de todo aquello que no somos capaces de ver, de todo aquello que desatendemos. La posibilidad de pasar a través de esta obra de Marie Orensanz la convierte en una especie de portal que nos conecta entre dos dimensiones de lo real.
Otra propuesta es la que Run for the music genera a través de un, en apariencia, silencioso conjunto de bastones de colores que, verticales, esperan que algún paseante los pulse. Allí emerge, de la secuencia entre uno y otro, la bella melodía de Beethoven, de la que se sirve Leandro Erlich para evocar la hermandad entre los hombres.
Una reflexión que reenvía al cuidado del medio ambiente se presenta en la instalación de Pablo Reinoso quien, entre troncos de árboles caídos y estructuras metálicas, reinventa una naturaleza alterna.
Clavos torcidos, del colectivo cubano Los Carpinteros, señala el lugar de los materiales, el acceso y los descartes en el mundo contemporáneo. También, una alegoría del sujeto y sus prácticas en la sociedad actual.
Naturaleza y la cultura se rearticulan en este proyecto que invita al desarrollo de un humanismo contemporáneo.