LA CLASE DE MARCELO BRODSKY INGRESA EN EL MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA
Rolf Art anuncia la adquisición institucional por parte del MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFIA (MNCARS) de la obra La Clase, 1er año, 6ta división, de la serie Buena Memoria de Marcelo Brodsky (b.1954, Buenos Aires, Argentina).
En el encuentro anual del Consejo Internacional de Mecenazgo de la Fundación Museo Reina Sofía, celebrado recientemente en Madrid, se ha aprobado un conjunto de donaciones de obras que pasarán a formar parte de la Colección del Museo Reina Sofía. Entre las obras seleccionadas, se destaca la emblemática pieza "La Clase, 1er año, 6ta división, de la serie Buena Memoria" del artista Marcelo Brodsky.
La serie Buena Memoria de Marcelo Brodsky se centra en los tiempos de dictadura Argentina durante la cual el estado torturó y ejecutó sistemáticamente miles de ciudadanos, conocidos como los desaparecidos. Liderados por el general Jorge Rafael Videla, la dictadura militar tomó el poder en 1976 y mantuvo su gobierno opresivo hasta 1983. Al regresar de su exilio en España a su tierra natal a la edad de cuarenta años, Brodsky utilizó fotografías familiares como punto de partida para un cuerpo de obras que tratan de comunicar el trauma de la experiencia vivida.
La obra de la serie Buena Memoria titulada La Clase, 1er Año, 6ta División, 1967-1996 es una reproducción a gran escala de una fotografía de su clase tomada en ese mismo año en el Colegio Nacional de Buenos Aires. En la superficie, Brodsky ha inscrito marcas y notas en colores brillantes que detallan el destino de sus compañeros de clase. Mientras que algunos se habían casado o emigrado, otros fueron "desaparecidos".
La obra entera de Marcelo Brodsky está atravesada por relaciones constitutivas entre la imagen y la palabra. En Buena Memoria el tono lacónico, archivístico, de la información alude al discurso impersonal de la historia; la caligrafía, desprolija y urgida, a la memoria, que solo puede revelarse en la presencia de un cuerpo. Al trasponer materiales vernáculos familiares y el testimonio personal en la esfera pública, el artista otorga una oportunidad para que otros puedan identificarse y conmoverse, permitiendo la comprensión de sucesos lejanos. Brodsky explora la capacidad de la fotografía para proporcionar un espacio de meditación entre la memoria privada y las historias colectivas.
El proyecto de Marcelo Brodsky ofrece una narrativa subjetiva en la que la fotografía actúa como memoria. Comprometido con la lucha por defender causas sociales estrictamente relacionadas con los derechos de la humanidad, su trabajo se relaciona en gran parte con situaciones inherentes a la violencia en los tiempos de dictadura militar en la Argentina (1976-1983), la persecución y desaparición de ciudadanos, haciendo eco en el panorama internacional, representando a las voces de los pueblos que denuncian el terrorismo de Estado organizado en cualquier territorio. La fotografía en su obra es un testigo, una suerte de "servicio documental" al ser trabajadas combinando material de archivo y documentación que el artista inscribe sobre las imágenes condensando experiencias traumáticas, vestigios de vivencias ligadas al horror y el exilio.