PERIFERIA DE LA AGONÍA: TERESA MARGOLLES
La artista Mexicana, Teresa Margoles, traslada el espacio de la muerte a la esfera del arte, metáfora por excelencia de la frontera, de un límite que paradójicamente se alcanza solo cuando ya no estamos y, por lo tanto, ya no podremos contarlo. Un intento de contrarrestar la adicción y la impotencia ante tragedias cotidianas como la violencia de género o la explotación de la inmigración ilegal, provocadas por la inacción de los gobiernos y por una explotación mediática melodramática o sensacionalista.
El proyecto Periferia de la Agonía presentado en el Matadero de Roma se configura a través de una instalación ambiental que ocupa todo el pabellón 9B y una serie de acciones que se articulan de forma gradual y sin una cadencia regular a lo largo de la exposición, impregnando tanto el interior de el espacio expositivo que, sobre todo, el espacio urbano de la ciudad.
El interior del pabellón está ocupado por un perímetro de cortinas de plástico rojo industrial que se concibe como un cuerpo atravesado, herido, apuñalado, atravesado y transitable y, al mismo tiempo, como un limbo en el que todo espera, lleno de interrogantes. sin ninguna retroalimentación concreta y libre de cualquier certeza o tranquilidad sobre lo que sucederá o lo que podría suceder. Dentro de este perímetro, una gran mesa retroiluminada alberga una lona de veintitrés metros de largo utilizada en el pasado para cubrir los cuerpos de las personas asesinadas, marcando un recorrido sinestésico en el que se invita al público a caminar periféricamenteen torno a la agonía del otro.
Este lienzo se convierte en una especie de cenotafio en el que la violencia sufrida que documenta proyecta su sombra sobre nosotros, destacando cómo las dinámicas, problemas y justificaciones que legitiman esos hechos violentos están mucho más cerca de lo que creemos. Un ambiente de suspensión que remite, por un lado, a la propia estructuración del proyecto en el que predomina la imprevisibilidad y, por otro, a la desesperación y desaparición de miles de personas en la frontera entre México y Estados Unidos, entendida como como ejemplo paradigmático de las innumerables fronteras, visibles e invisibles, existentes en el mundo.
Este entorno es habitado a intervalos irregulares por acciones o su documentación. El mapeo de los lugares donde ocurrieron los asesinatos en la ciudad de Roma es activado por participantes que marcan el suelo con agua y absorben el material de cada escena con una esponja, recogiendo las huellas que quedan y convirtiéndonos a todos en testigos de lo sucedido. El lienzo, epicentro de la exposición, se eleva para proyectar su sombra sobre el suelo. Estas son solo algunas de las acciones que en la mayoría de los casos surgen espontáneamente, como la urgencia de un momento específico, de una visión, de un hecho concreto y que, junto con otras, recomponen los fragmentos de una imagen general desmoronada por una alarmante agresión que es a menudo anestesiado, escondido, ignorado.
De esta forma, Teresa Margolles se convierte en testigo del dolor y la violencia para preservar la memoria de los que ya no están y transmitir su historia, para reconocer su identidad y ayudar a evitar los enemigos más importantes con los que chocan las víctimas y sus familias: la falta de información sobre las muertes, la impunidad de los responsables, la negligencia de las autoridades en las investigaciones, el miedo que provoca el olvido, la destrucción del equilibrio doméstico y la inevitable transformación de la fisonomía de una ciudad. Sin embargo, las obras se convierten en alegorías estéticamente tranquilizadoras y seductoras; nunca se presentan cuerpos mutilados o cadáveres. Es entonces cuando se activa la trampa para el visitante. Sólo el poder de su imaginación puede prestar una presencia momentánea a lo inconcebible. Sin darse cuenta se acerca, observa, lee, toma conciencia del drama, de la tragedia y es en ese momento que está llamado a elaborar, a reconstruir, a ordenar, a través de un proceso de implicación directa, emocional, cognitiva y sensorial. Sólo en ese instante el visitante se convierte en testigo y espectador, víctima y verdugo, inocente y culpable, extraño y cómplice y sólo en ese momento debe asumir la responsabilidad de decidir, no demorarse, no ignorar, no permanecer impasible.
Teresa Margolles (Culiacán, Sinaloa, México, 1963) es una artista visual que examina las causas y consecuencias sociales de la muerte a través de obras de arte que abordan los temas de la violencia, el género y la alienación. Su obra critica la incomprensibilidad de la sociedad contemporánea y un orden social y económico que normaliza las muertes violentas. Teresa Margolles es una de las artistas que más ha tratado el tema de la brutalidad de la guerra entre narcotraficantes y fuerzas del orden en la República Mexicana, creando obras a partir de las cuales se desprende una firme condena a la violencia y lo que ésta produce en los familiares de las víctimas. en las comunidades y en el espacio urbano.
MATTATOIO DI ROMA
Roma, Piazza Orazio Giustiniani 4
Pabellón 9B