PICASSO EN EL PATRIMONIO DEL MUSEO DE BELLAS ARTES ARGENTINO

La exposición presenta más de treinta obras del artista español conservadas en el acervo institucional, conmemorando el 50 aniversario de su fallecimiento.

PICASSO EN EL PATRIMONIO DEL MUSEO DE BELLAS ARTES ARGENTINO

El Museo de Bellas Artes se suma a las exposiciones conmemorando el aniversario de la muerte del artista Pablo Picasso, con la muestra Picasso en el patrimonio del Museo, que reúne más de 30 papeles y cerámicas de su autoría que integran colección.

 

La exposición, con curaduría de Paola Melgarejo, investigadora del Museo, recorre temas típicos del artista, a partir de las diversas técnicas que abordó. “A lo largo de su vida, entre 1899 y 1972, Picasso buscó dominar el grabado desde diferentes medios, como aguatinta, aguafuerte, punta seca, linograbado y litografía, hasta transformarse en un verdadero referente”, explica la curadora. “Desde la década de 1940 ‒añade‒, también se especializó en la cerámica, a la que consideró una técnica artística consagrada, y por treinta años experimentó con diversas soluciones en las formas y en los colores, representando sobre la arcilla los temas que lo apasionaron”.

 

Las obras en exhibición, datadas entre 1905-1959, incluyen grabados, dibujos y cerámicas realizados desde su etapa de juventud, entre los que hay retratos de las mujeres importantes de su vida o escenas en su atelier, y también piezas que muestran su interés por la situación política de entreguerras y la representación de animales fantásticos, con los que se identificó y que hoy son símbolos picassianos universalmente reconocibles.

 

La muestra está organizada en cinco núcleos temáticos. El inicial, “Primer tiempo. De la figuración al cubismo”, da cuenta de sus primeros grabados en punta seca y al aguafuerte, realizados a comienzos del siglo XX, época en la que conoció estas técnicas que lo fascinaron y con las que estampó arlequines y personajes de circo en sus momentos cotidianos, incluyendo mujeres desnudas en escenas de baño. “En el atelier. El artista y su modelo” es el segundo eje y reúne obras donde aparecen representados el artista y las mujeres cercanas a él, como su joven amante Marie-Thérèse Walter, que posó para pinturas y grabados sobre este tema en las décadas del 20 y del 30. “Femmes. Retratos de mujeres” identifica el tercer conjunto de obras exhibidas: son imágenes de algunas de las mujeres que marcaron su vida y se reiteran por etapas, formando parte de sus búsquedas experimentales en torno a la figuración y al cubismo. El cuarto núcleo, “Hacia el Guernica. Arte y compromiso político”, recoge la serie de grabados que, en 1937, en plena Guerra Civil Española, el gobierno republicano le encargó a Picasso para el pabellón del país en la Exposición Internacional de París, junto con un mural, el “Guernica”.  El quinto y último eje expositivo es “Metamorfosis. Entre lo animal y lo humano: faunos, centauros, toros y caballos” y presenta escenas de tauromaquia, espectáculo que lo apasionó desde su niñez, en la serie “Corrida de toros”, formada por ocho platos de loza roja realizados en 1959 en la Factoría Madoura.

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