UNA MIRADA INTEGRAL AL LEGADO DE ANTONIA EIRIZ

El Museo Americano de la Diáspora Cubana presenta Antonia Eiriz: En el ojo de la sibila, una exposición que presenta lo mejor del trabajo de la pintora entre 1960 y 1990, ofreciendo una mirada excepcional al viaje creativo de una de las artistas más controvertidas e innovadoras en el mundo del arte cubano de su tiempo.

UNA MIRADA INTEGRAL AL LEGADO DE ANTONIA EIRIZ

La exposición, curada por la crítica de arte Janet Batet, contiene 20 obras únicas prestadas por la galería Latin Art Core y colecciones privadas. Se trata de una oportunidad única para que el público pueda ver y aprender sobre Antonia Eiriz (Havana, Cuba, 1929- Florida, Estados Unidos 1996).

 

La historia de la cubana resuena hoy día y es reflejo de cómo las producciones de los artistas visuales están influenciadas por los eventos sociales y políticos que los rodean. Eiriz se opuso al régimen a través de su arte y dejó de pintar como forma de resistencia. Su influencia en los artistas de su época y en las futuras generaciones de artistas cubanos fue relevante.

A los 23 años, tuvo su primera exposición en una muestra colectiva liderada por su mentor, Guido Llinás. Fue una artista sincera y fiel a sus valores. Supo reflejar en su obra la cruda realidad que transformó a la sociedad cubana con la llegada de la revolución en 1959.  A través de sus famosos bonsáis y su trabajo artístico, retrató a su pueblo: dividido, retorcido y quebrado por la represión del régimen castrista.

 

Se vinculó estrechamente con el Grupo de los Once, que influyó profundamente en su desarrollo artístico. También dejó su propia huella en este colectivo, contribuyendo a la apertura del camino hacia el expresionismo abstracto en Cuba. Fue una talentosa intelectual y artista plástica, colaboradora en todas las artes y defensora de sus ideas como librepensadora. No aceptó la manipulación del nuevo régimen y decidió dejar de pintar.

Vivió en su pueblo fiel a sus principios, autoaislada y retirada de la pintura. Sin embargo, continuó comprometida con el teatro, la literatura y su taller de papier-mâché.

 

Antonia Eiriz emigró a Miami en los años 90, donde retomó la pintura y planeaba dos exposiciones. Antonia Eiriz falleció en 1996 en Miami, antes de la inauguración de su exposición. Hoy es considerada una de las figuras más icónicas y relevantes del arte cubano de los años 60.

 

Antonia Eiriz: En el ojo de la sibila podrá verse hasta Abril del 2025 en el Museo Americano de la Diáspora Cubana en 1200 Coral Way, Miami, FL 33145 (Estados Unidos).

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