EL VIENTO DE LA HISTORIA O LA FRAGILIDAD DEL TIEMPO ANCESTRAL

Por Anna Theis | mayo 23, 2024

La historia tiene un ritmo invisible que aparece en las representaciones visuales. Si escuchamos atentamente el pasado este nos revela también su conexión intrínseca con el futuro. “¿Cuál de estas dos construcciones es la fuerza impulsora y cuál la que marca el momento actual?” pregunta "La Fragilidad del Tiempo Ancestral", una exposición colectiva que se mostró por primera vez en Casa Velázquez en Santo Domingo y luego en la galería Avèle en Cap Cana. Con una mirada casi filosófica, la exposición nos ofrece no obstante un gran placer estético.

EL VIENTO DE LA HISTORIA O LA FRAGILIDAD DEL TIEMPO ANCESTRAL

Las burbujas en los lienzos de Olamide Ogunade son relativamente pequeñas y, como suelen ser las burbujas, apenas se destacan de su fondo; hay que forzar la mirada para verlas. Funcionan como cortinas que casi desaparecen una vez que el ojo se acostumbra al lienzo y el espectador se siente atraído por la verdadera representación detrás de ellas: un mundo glamoroso de mujeres vestidas con ropas coloridas, tal vez demasiado elegantes, inmortalizadas en poses que hacen un guiño a referencias históricas. Como un estribillo, los círculos blancos de las burbujas regresan en cada lienzo de Ogunade. ¿Un toque de abstracción geométrica en un retrato? Quizás, pero sobre todo, una fuerte declaración en la narrativa: lo que se pinta es un momento fugaz extraído de la corriente del tiempo, posiblemente más significativo que los momentos de la gran historia de naciones, continentes y culturas. Este pensamiento recorre la exposición del colectivo dominicano Heliconia Projects, creado por Nicole Bainov y Elsa Maldonaldo-Buitron. También es una de las primeras oportunidades de ver este conjunto único de talentos en él Caribe. Además de las fantásticas voces latinas de Clara de Tezanos y Francisca Sosa López, la exposición nos presenta a Cecilia Fiona, una experimentadora danesa del lenguaje pictórico, y a Olamide Ogunade, de Nigeria. Todos ellos son además estrellas de la nueva generación. Recientemente, Cecilia Fiona fue incorporada a la colección Real danesa y Francisca Sosa López exhibió sus obras en el Museo Británico.

El punto de partida del relato construido por las curadoras es la noción del pasado histórico de Walter Benjamin, que impulsa el presente y lo dota de significado, pero al mismo tiempo lo retrae e impide una apertura verdadera hacia el futuro. Se trata de una tesis formulada por el filósofo al describir el "Ángel de la Historia", pintado por Paul Klee en los años 20. En el cuadro, el ángel mira al pasado, de espaldas al futuro, aunque es hacia el futuro hacia donde lo impulsa el viento del progreso (o el paso del tiempo). Las curadoras recuerdan esta imagen simbólica añadiendo que nada de lo que sucede hoy podría suceder sin ser alimentado por los fluidos del pasado, el trabajo de muchas generaciones y tradiciones.

 

Y, sin embargo, parece que la posición de Walter Benjamin puede complementarse con una nota al pie de página de estudios posteriores sobre este tema, en particular "Retrotopia" de Zygmunt Bauman. Recordemos que cuando el futuro es inconveniente y no se puede predecir ni controlar, el pasado se convierte en fuente de esperanza y libertad. Las retrotopías del título son visiones ambientadas en lo ya casi perdido; están al borde de la muerte y la pérdida final, pero aún son capaces de levantarse del suelo y construir su felicidad y su identidad comunitaria. Compuesta por obras de López, de Tezanos, Fiona y Ogunade, la muestra nos lleva un paso más allá. Mientras Bauman escribe sobre retrotopías como conceptos pertenecientes a comunidades, creando nuevas entidades políticas y a veces ideas populistas, los artistas presentados por Heliconia Projects hablan de mundos privados y visiones personales de la historia, de lo que podríamos llamar "retrotopías privadas", visiones idealizadas del pasado marcado por su historia y su propio punto de vista.

Estos hilos son los ejes que definen las obras de Francisca Sosa López, una artista que trabaja con cortinas -o mejor dicho, tapices- que no son más que un ensamblaje de materiales heredados de la familia, como ropa de cama antigua y textiles usados​​en el hogar. La artista venezolana combina técnicas tradicionales de tejido, bordado con perlas y nácar, y las transforma en tapices que dan voz a la herencia material y al legado de las técnicas. Los objetos de gran formato colgados en las paredes brillantemente iluminadas de la Casa Velázquez y los espacios de exhibición de la galería Avèle son declaraciones sustanciales del interés de Sosa en una búsqueda privada de la historia familiar, marcando la posición subjetiva del artista.

 

Esta privacidad en la mirada se refleja también en las fantásticas instalaciones de Clara Tezanos, una artista que investiga el juego de luces y las situaciones liminales creadas por la luz solar. Los prismas colgados en una de las paredes son una invitación a reflexionar sobre la fugacidad y el paso del tiempo anunciados por el título. Aunque el rayo de luz que atraviesa el vidrio de la instalación es registrado por el ojo humano como continuidad y duración ininterrumpida, no es más que un viaje en el tiempo. Al atravesar el borde del cristal, se cambia el curso de la luz y se divide el chorro en muchos rayos de colores, que cada espectador ve de forma diferente según el ángulo desde el que se observa la escultura. Cualquier mirada al futuro es individual y muy subjetiva, nos parece sugerir la artista.

"La fragilidad del tiempo ancestral" de Cecila Fiona incluye también historias cosmogónicas sobre el lienzo. En obras visualmente seductoras que formalmente parecen collages o rompecabezas, podemos detectar notas de la transformación de figuras humanas y animales. Las escenas de las pinturas de Fiona parecen instantáneas de un sueño místico. Al principio todo parece ocurrir simultáneamente, pero si se mira más de cerca, parece surgir una secuencia de eventos. El ojo del espectador los combina en una historia sobre la naturaleza eterna y repetitiva del mundo o una historia de aventuras escrita linealmente en el tiempo: un claro recordatorio visual de que el tiempo es sólo una construcción y que las convenciones visuales ya conocidas de las culturas primitivas pueden servir a la pintura contemporánea de la misma manera.

 

Las distintas voces artísticas evocadas por Heliconia Projects forman una historia curatorial: las convenciones impuestas y solidificadas del tiempo y de la historia pierden su fuerza cuando se enfrentan al filtro de la creación y de la transformación artística del mundo. Los artistas destacados rompen con el estricto marco de la historosofía para sugerirnos que no podemos limitarnos a una narrativa y una visión de los tiempos, que las visiones particulares de la historia son más importantes que las narrativas sobre el momento histórico creadas por la sociedad y la política. Esto es muy refrescante en un mundo donde nos condicionan a experimentar el espíritu de la época de ciertas formas predeterminadas. Una vez más nos salvará el arte.

La exposición estará abierta hasta el lunes 20 de mayo en Galería Avèle, Cap Cana, Punta Cana 23203, República Dominicana.