PERÚ AVANZA CON PASO FIRME EN EL MAPA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
El arte contemporáneo peruano vive un momento de efervescencia. En la última década, el ecosistema artístico ha comenzado a consolidarse con un coleccionismo local en ascenso, una escena galerística más profesional y un número creciente de artistas con proyección internacional. Sin embargo, se trata aún de una etapa temprana, con un mercado pequeño y frágil que necesita estructuras más sólidas para sostener su desarrollo.

A diferencia de otros países de la región, Perú carece del respaldo institucional necesario. Aunque Lima alberga tres museos que incluyen arte contemporáneo en su programación — el MALI, el MAC y el MUCEN1 — siendo el MAC el único dedicado exclusivamente al arte contemporáneo, y el MALI el más activo y consolidado, estos siguen siendo insuficientes para un ecosistema en crecimiento. Hacen falta más museos y espacios públicos comprometidos con el arte contemporáneo, especialmente fuera de la capital. La ausencia de casas de subastas internacionales como Sotheby’s o Christie’s en el país es otro síntoma de su escala limitada. Aun así, el interés por el arte peruano —dentro y fuera del país— no deja de crecer.
Una mirada histórica: la última década como punto de inflexión
Desde la creación del Museo de Arte de Lima (MALI) en 1959 hasta la fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Lima (MAC Lima) en 2013, diversos hitos han marcado el desarrollo del sector artístico en el país. El auge económico vivido entre 2002 y 2013 coincidió con una mayor institucionalización del campo, reflejada en iniciativas como la creación, en 2007, del comité de adquisiciones del MALI. Sin embargo, fueron las ferias de arte —Lima Photo, Art Lima y, especialmente, PArC (Perú Arte Contemporáneo) — las que ofrecieron al arte peruano una plataforma sostenida de visibilidad internacional. Art Lima, nacida en 2013, fue durante varios años un espacio clave para el encuentro entre galerías, artistas y coleccionistas, hasta su última edición en 2020, mismo año en que Lima Photo dejó de realizarse.
En ese contexto, PArC logró consolidarse como la única feria de arte contemporáneo activa en el país. A pesar de los desafíos impuestos por la crisis del COVID-19, mantuvo su programación anual y supo reinventarse para fortalecer su presencia. En 2022 adoptó el nombre Pinta PArC y, desde 2025, se presenta como Pinta Lima. Su integración a la red de ferias Pinta ha potenciado su proyección regional e internacional, convirtiéndola en el principal escaparate del arte contemporáneo en el Perú. Hoy, Pinta Lima ocupa un rol central en el ecosistema artístico, ofreciendo visibilidad, proyección y un espacio clave de reconocimiento para los artistas peruanos. En la edición de 2025, la feria reúne a más de 35 galerías de diversos países, junto a curadores, coleccionistas y profesionales del sector, en una programación que combina innovación, pensamiento crítico y homenajes a figuras históricas del arte. Gracias a su esfuerzo sostenido, artistas como Fernando Bryce, Roberto Huarcaya y Jorge Eielson han recibido reconocimientos importantes en el marco de la feria.
Más allá de las ferias locales: La presencia de Perú en la escena mundial
Además de la relevancia de las ferias locales, hitos como la participación de Perú como país invitado de honor en ARCOmadrid 2019 han sido cruciales para dar visibilidad al arte contemporáneo peruano en los circuitos internacionales. En esa edición, 23 artistas fueron representados por siete galerías peruanas, además de nueve internacionales provenientes de Estados Unidos, España y otros países europeos. El evento fue un éxito de público, con más de 100,000 visitantes internacionales, la mayoría de los cuales nunca antes había asistido a una feria o visitado una galería de arte en el Perú.
Estos eventos consolidan la presencia del Perú en el panorama global del arte contemporáneo. Lo mismo ocurre con la participación de galerías peruanas en ferias de alto perfil como Art Basel y Zona Maco —con espacios como la Galería Livia Benavides a la vanguardia— y con la creciente presencia de artistas peruanos en citas fundamentales como la Bienal de Venecia. En estos contextos, la representación nacional ha contribuido a posicionar las voces del Perú dentro de los grandes debates del arte contemporáneo. Estas plataformas no solo amplían la visibilidad, sino que también abren nuevas oportunidades de colaboración y coleccionismo.
Galerías en Perú: impulso esencial en un mercado aún en consolidación
Las galerías desempeñan un papel fundamental en la trayectoria de los artistas: no solo funcionan como espacios de exhibición, sino también como plataformas de acompañamiento, promoción y profesionalización. Son ellas quienes, en muchos casos, facilitan el acceso de los artistas a circuitos internacionales, su participación en ferias relevantes y la conexión con coleccionistas, curadores e instituciones. En el contexto peruano, este rol adquiere una importancia aún mayor, dado que el mercado local continúa en proceso de consolidación y aún no cuenta con un ecosistema institucional robusto. Aunque la mayoría de las galerías relevantes de arte contemporáneo en Perú se concentran en Lima, su número sigue siendo reducido: apenas unas 15 galerías comerciales activas. Esta cifra contrasta notablemente con otros centros latinoamericanos, como Bogotá, que cuenta con más de 40; Ciudad de México, con cerca de 80; y Brasil, que entre São Paulo y Río de Janeiro reúne más de 100 espacios dedicados al arte contemporáneo.
Muchas de las galerías limeñas trabajan con recursos limitados y enfrentan grandes desafíos para sostener una programación continua o proyectarse a nivel internacional. La falta de un coleccionismo local consolidado complica su sostenibilidad, y en ocasiones, las relaciones entre artistas y galerías carecen de la estructura y formalidad necesarias para construir trayectorias a largo plazo. Aun así, el compromiso de estas galerías con el arte contemporáneo ha sido clave para visibilizar a los creadores peruanos y mantener viva la escena. Fortalecer este tejido resulta indispensable para el crecimiento del mercado.
Un compromiso estatal aún pendiente
A pesar de los avances del ecosistema artístico, el apoyo estatal al arte contemporáneo en Perú sigue siendo escaso. No existen políticas sostenidas de fomento, ni programas públicos de adquisición de obra, y el Ministerio de Cultura ha mostrado una participación limitada incluso en procesos clave como la selección de representantes para la Bienal de Venecia. Aunque durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) se intentó impulsar una ley de mecenazgo cultural, la iniciativa no prosperó y desde entonces no se han realizado esfuerzos concretos en esta línea. En consecuencia, el desarrollo del arte contemporáneo en el país ha dependido casi exclusivamente de iniciativas privadas, lo que acentúa su fragilidad estructural y limita su potencial de expansión.
Artistas peruanos en el exterior: éxito internacional y desafíos locales
Muchos artistas peruanos están alcanzando una destacada visibilidad fuera del país, especialmente en Estados Unidos y Europa, en particular en España, donde varios han construido trayectorias sólidas. Este fenómeno evidencia tanto el talento presente en el país como la capacidad del arte peruano para conectar con audiencias internacionales. Sin embargo, también pone de manifiesto la fragilidad del apoyo local: la mayoría de estos artistas ha tenido que salir del país para desarrollar sus carreras, debido a la falta de oportunidades y a un coleccionismo interno aún incipiente y poco comprometido con el impulso a sus propios creadores.
Aunque no existe una estética homogénea que defina al arte peruano contemporáneo, la diversidad de lenguajes y la riqueza cultural del país se manifiestan en una producción artística de gran calidad. Cada artista trabaja con su propio código y referencias; algunos, como Fernando de Szyszlo, han reinterpretado el legado precolombino desde una mirada contemporánea, mientras que la mayoría propone enfoques personales y diversos. Fortalecer el mercado interno y ampliar la base de coleccionistas locales es fundamental para dar continuidad a las trayectorias de estos creadores, sin que tengan que buscar necesariamente su proyección en el extranjero. Artistas como Fernando Bryce (homenajeado en la segunda edición de Pinta en Nueva York), Roberto Huarcaya (PArC 2023) y Jorge Eielson (PArC 2024) son ejemplos claros del talento peruano reconocido internacionalmente, en parte gracias a plataformas como Pinta. Pero hay muchos otros, y entre ellos destaca el creciente número de mujeres, como Teresa Burga y Sandra Gamarra.
Además, es importante destacar el reconocimiento internacional que vienen obteniendo los artistas peruanos a través de adquisiciones por parte de museos y coleccionistas de renombre. En 2019, el Museo Reina Sofía incorporó un conjunto de obras de los años ochenta del artista Herbert Rodríguez, y recientemente el MoMA adquirió obra de Sandra Gamarra. A ello se suma la compra, por parte del coleccionista argentino Eduardo Costantini, de tres piezas de la misma artista durante la última edición de ARCOmadrid 2025, destinadas a la colección del Museo MALBA de Buenos Aires. Otro hito significativo fue la adquisición, en 2023, por parte de la Tate Modern de Londres de la obra The Spirit of the Camala, del artista Santiago Yahuarcani —miembro del pueblo Uitoto de Perú—, representado por Crisis Gallery. Este tipo de reconocimientos refuerza la presencia del arte peruano en las principales instituciones internacionales y señala un interés creciente por voces y perspectivas diversas dentro de la producción contemporánea del país.
Un futuro prometedor
A pesar de los desafíos estructurales —como la escasa presencia de la educación artística en las escuelas o la persistente percepción del arte como un lujo inaccesible— el mercado del arte peruano cuenta con bases sólidas para seguir creciendo. El creciente interés por voces históricamente poco visibilizadas está ampliando y enriqueciendo el panorama del arte contemporáneo en el país. Esto incluye tanto a artistas indígenas —como Sara Flores, Olinda Silvano y Celia Vásquez Yui, todas ellas miembros de la comunidad Shipibo-Conibo— como a expresiones tradicionalmente consideradas artesanales, como el arte textil o la cerámica, que en muchos casos constituyen los medios principales de estas creadoras y que hoy comienzan a ser reconocidos como parte integral del campo artístico.
Un ejemplo emblemático de este giro es la colección Hochschild Correa, centrada en el arte contemporáneo amazónico, actualmente en exhibición en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. En este contexto de crecimiento y desafíos, el papel de Pinta Lima es más relevante que nunca. No solo permite dar a conocer la riqueza y diversidad del arte peruano, sino que contribuye activamente a posicionar a Lima como un centro vital dentro del panorama del arte contemporáneo latinoamericano. Con una escena en plena expansión y un creciente reconocimiento internacional, el Perú avanza con paso firme en el mapa del arte contemporáneo.
1MALI (Museo de Arte de Lima) alberga una colección que abarca casi 3,000 años de historia, incluyendo cerámica, textiles, escultura y pintura, desde el período precolombino hasta la actualidad.
MAC (Museo de Arte Contemporáneo de Lima) es el único museo de la ciudad dedicado exclusivamente al arte contemporáneo.
MUCEN (Museo Central del Banco Central de Reserva del Perú) incluye arte contemporáneo entre sus colecciones y exposiciones, junto con obras de arte precolombino, tradicional y numismática. Es un museo financiado con fondos públicos y respaldado por el Banco Central de Reserva del Perú.
*María Sancho-Arroyo estará presente en la edición 2025 de Pinta Lima.