EL FIN DE LA IMAGINACIÓN. ADRIÁN VILLAR ROJAS CON MARIANA TELLERIA
El Bass presenta El fin de la imaginación, una exposición que combina la obra de Adrián Villar Rojas con dos esculturas de Mariana Telleria.
El fin de la imaginación comprende instalaciones y esculturas site-specific de Adrián Villar Rojas, y presentaciones recién contextualizadas de obras de arcilla de su archivo. La instalación incluye dos esculturas de la artista argentina Mariana Telleria, que se une a él con dos obras que desafían las nociones contemporáneas de monumentos y memoriales. La exposición invita a los espectadores a ser exploradores del imprevisible microcosmos, al tiempo que indaga en cuestiones existenciales relacionadas con la temporalidad de la humanidad y lo efímero de la naturaleza.
Villar Rojas se pregunta si uno de los futuros monumentos podría ser la propia Luna, con toda la fisicidad y la memoria de los intentos de conquista interplanetaria de la humanidad impresos en su suelo lunar, o si ya es un museo de tales conquistas. Después de todo, la atmósfera sin aire convierte al cuerpo celeste en un congelador, por lo que, a menos que sea golpeado por un meteorito, cada huella de bota, satélite estrellado, equipo de televisión y asta de la bandera permanecerán allí, estos objetos silenciosos y quietos, yacen para siempre en su polvo exactamente como lo fueron. Al carecer de jurisdicciones legales o de riesgos medioambientales, la Luna es el dispositivo de conservación por excelencia: la cámara anti-entropía por excelencia del Sistema Solar.
De la misma manera que el precio de mercado del oro, o de cualquier otro metal pesado precioso, caería dramáticamente si las corporaciones mineras fueran capaces de enviar un asteroide de oro, cobre, hierro o litio de tres mil millones de dólares a la Tierra, desencadenando así una auténtica revolución, o incluso una catástrofe, en la economía mundial, la hipótesis de Villar Rojas es que la colonización del espacio y de los cuerpos celestes desencadenará una cadena de reacciones epistémicas multidimensionales en nuestra forma de entender el pasado, el presente y el futuro de nuestras prácticas de memorización, así como de producir otras nuevas en este contexto amplificado.
¿Está la humanidad en una crisis terminal o en una era de revoluciones a la velocidad de la luz? Quizás, como en la mecánica cuántica, en ambos procesos al mismo tiempo.
Adrián Villar Rojas nació en Rosario, Argentina, en 1980. Vive y trabaja de forma nómade. Villar Rojas ha recibido numerosos premios, entre ellos, el Premio de la Bienal de Sharjah, otorgado por la Fundación de Arte de Sharjah (2015), el Premio de Arte de Zúrich en el Museo Haus Konstruktiv (2013); el 9º Premio Benesse en la 54ª Bienal de Venecia, (2011); la Beca Nuevo Banco de Santa Fe para Artistas Jóvenes (2006); y el primer premio en la Bienal Nacional de Arte de Bahía Blanca en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca, Argentina (2005). En 2020 fue nominado al Premio Hugo Boss.
Las últimas exposiciones individuales se han mostrado en el Tank Shanghai, China (2019); la Art Gallery of Ontario, Canadá (2018); The Geffen Contemporary en el MOCA, Los Ángeles (2017); NEON Foundation en el Observatorio Nacional de Atenas, Atenas (2017); Kunsthaus Bregenz, Bregenz (2017) y The Metropolitan Museum of Art, Nueva York (2017); el Moderna Museet, Suecia (2015); la Serpentine Gallery, Londres (2013); el Museum Haus Konstruktiv, Zúrich, Suiza (2013); y el Musée de Louvre, París (2011).
Mariana Telleria nació en Rufino, Argentina, en 1979. Vive y trabaja en Rosario, Argentina. Telleria ha recibido numerosos premios como el LXV Salón Nacional de Rosario 2º Premio Adquisición (2011), la Beca para Artistas del Fondo Nacional de las Artes (2009) y la Beca para Artistas del Nuevo Banco de Santa Fe (2006 y 2007).
Las últimas exposiciones individuales han sido expuestas en Ruth Benzacar Galería de Arte, Buenos Aires (2018); Espacio Californio, Buenos Aires (2017); Universidad Nacional de La Plata, Argentina (2015); Galería Alberto Sendrós, Buenos Aires (2009 y 2011); MAMBA, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2011) y Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Argentina (2007).