UNA NUEVA MANERA DE HABITAR LOS ESPACIOS EN LIMINAL, LA MUESTRA DE LEANDRO ERLICH

El Pérez Art Museum Miami (PAMM) presenta, por primera vez en Estados Unidos, una exposición monográfica de la obra del artista argentino Leandro Erlich. Cuenta con la curaduría de Dan Cameron y expone dieciséis obras a lo largo de más de dos décadas de producción.

UNA NUEVA MANERA DE HABITAR LOS ESPACIOS EN LIMINAL, LA MUESTRA DE LEANDRO ERLICH

Leandro Erlich: Liminal, se monta a lo largo de todas las salas de exposición especial del PAMM y fue diseñada para sugerir una historia narrativa subyacente que, al guiar a los espectadores a través de una serie de encuentros, los obliga a dudar de su propia percepción de los espacios que los rodean. 

La muestra se concibió como una secuencia de espacio que uno podría encontrar en el transcurso de un día normal: ascensor, tren subterráneo, aula, salón de belleza, banqueta, piscina, cuarto de lavado, e incluso una ventana a través de la cual se pueden ver las ventanas de los vecinos. Cada espacio está fabricado para servir como una simulación precisa del lugar al que hace referencia, de modo que el encuentro con la ilusión de Erlich tiende a ocurrir como una sorpresa por parte del espectador de que un lugar tan ordinario pueda ocultar cualidades tan extraordinarias.

El título de la exposición se refiere a una zona de transición situada en el umbral de otro espacio, e indirectamente sugiere estar a punto de cruzar, o entrar a, una nueva destinación o estado de existencia, una sensación que es reafirmada en la obra de Erlich. Flotar en el borde liminal de una experiencia sugiere estar atrapado entre una realidad previa que ha quedado atrás, y una nueva realidad que llama a corta distancia, pero siempre un poco más allá de nuestro alcance.

Desde fines de la década de 1990, Leandro Erlich (n. 1973, Buenos Aires, Argentina; vive en Buenos Aires) ha creado un conjunto de esculturas e instalaciones que son altamente distintivas y de ubicación específica en las que la apariencia arquitectónica de lo cotidiano funciona como una trampa perceptiva que lleva al espectador desprevenido a una paradoja visual que desafía sistemáticamente ciertas leyes y atributos del mundo material. En el universo paralelo de Erlich, las escaleras no conducen a ninguna parte, los ascensores no se detienen en ningún destino, los espectadores pasivos se convierten en participantes activos, las nubes adquieren características físicas y la solidez de los espacios construidos resulta ser una ilusión óptica fugaz.

Temas Relacionados