ANTONIO SEGUÍ EN GALERIE CLAUDE BERNARD, PARIS

Por Patricia Avena Navarro | diciembre 13, 2022

La galería Claude Bernard dedica una exposición homenaje al maestro Antonio Seguí, quien falleció en el mes de febrero a los 88 años en Buenos Aires.

ANTONIO SEGUÍ EN GALERIE CLAUDE BERNARD, PARIS

Su director Claude Bernard –quien descubrió a Seguí en la Bienal de Jóvenes en 1963 en Paris– y Clelia Taricco, su esposa, decidieron mostrar una selección de obras producidas en los años 70-80, como también composiciones de los 60. Pinturas más clásicas, que presentan un tratamiento semejante al de los fondos de la pintura abstracta, donde hacen su aparición los elementos gráficos que constituyen un tópico en la producción seguiniana, números, letras, flechas y tachados, todos ellos elementos plásticos que remiten al graffiti y a la historieta. Pinturas que dieron paso a las elaboradas composiciones con figuras esquemáticas, recortadas como un puzzle de un juego infantil que determinaron sus trabajos más contemporáneos. Se define aquí claramente el perfil de sus personajes, sus figuras caricaturescas que inundan sus pinturas, revelando al mundo el hombre de las calles porteñas, que exhibe un vestuario característico: el traje y el sombrero; arrancado al tiempo y al espacio guarda los espejismos que nos atrapan en un juego alternativo donde se mezclan lo racional y lo burlesco.

 

Figura mayor de la escena artística latinoamericana, Antonio Seguí, fue un personaje, como sus hombres con sombrero, bigote fino y traje, que con elegancia recorren las superficies multicolores. Reconstruir su vida artística y personal es una tarea muy difícil, puesto que conectadas estrechamente no es fácil darse cuenta donde empieza una y donde termina la otra.

Antonio Seguí realizó la mayor parte de su carrera en Francia, sin renunciar a sus orígenes sudamericanos, pues regresaba regularmente a su país natal, lo que siguió siendo para él una importante fuente de inspiración. Establecido en Paris –desde los años 60– ciudad que funcionaba y funciona como caldo de cultivo de las vanguardias artísticas y culturales, Seguí produjo una obra que, a pesar de navegar en esas aguas vanguardistas del siglo XX, fue dueño de un estilo propio difícil de definir. En su obra se refleja su mundo, constituido por las herencias multiculturales que acumuló a través de sus viajes por América Latina, África del norte, España, Francia; países que exploró a la manera de los aprendices del medioevo, relacionándose con César, Matta, Pierre Restany, André Morain y Severo Sarduy; para impregnarse de imágenes que almacenó y así crear su mundo, generoso, curioso, fecundado por los objetos coleccionados que le permitieron inventar sus propios fantasmas.

 

En la exposición se puede admirar la complejidad del hombre y por consiguiente del artista y su obra; su vida intensa y generosa, colmada de eventos. Sin descanso, se consagró a crear una obra que apunta a responder numerosas preguntas de fondo siempre vigentes sobre la practica artística, como los significados y mecanismos de la representación, la relación entre la obra de arte y el espacio, y el rol del arte y el artista. Pero Seguí fue más allá, abordando cuestiones filosóficas fundamentales del ser humano, como las relaciones entre el sujeto y su entorno, la forma en que el individuo se inscribe en el tiempo, y el papel que desempeña la memoria.

 

Pintor, dibujante, escultor, dirigió con un compromiso total una búsqueda de un alto requerimiento donde el desafío clave radica en el intento constante de traducir su justa visión de la realidad. Una visión que se cristalizó en torno a muy pocos temas, siendo la figura humana el sujeto central de su búsqueda durante toda su vida. “Me motiva el hombre. Nunca he realizado una obra en que no estuviera un hombre. Y si no está el hombre, estaban los trazos que ese hombre dejo”.

 

La exhibición nos guía a admirar la complejidad de su creación, que desarrolló gradualmente con las figuras que se destacan en el espacio verticalmente, o se mueven hacia una dirección desconocida, la imagen de una humanidad que busca redefinirse; pone en evidencia una obra donde el humor y la poesía desafían todos los estilos preestablecidos y sobre todo es una invitación a entrar en la vida de Antonio Seguí.

Temas Relacionados