CUERPO AL REVÉS - FRANCIS BACON, LA BELLEZA DE LA CARNE
Un hombre espera. Vestido con elegancia, la figura se sitúa en el centro de lo que parece el bar de un hotel. Protagoniza una especie de escenario, un interior que es algo así como una jaula, algo así como un locus escénico, como si un posible flirteo o un encuentro deseado proporcionara algún catalizador de surgimiento, un disfrute rápido, una liberación intensa, por breve y finita que sea, desmontando quizá una rutina de límites. Man in Blue (1954) funciona como síntesis de la no tan extensa pero muy significativa reunión del célebre Francis Bacon (1909-1992) en A Beleza da Carne (La belleza de la carne), en el Masp (Museo de Arte de São Paulo). La exposición está curada por Adriano Pedrosa, director artístico de la institución y curador de la actual edición de la Bienal de Venecia, la 60ª, que se exhibe hasta noviembre en la ciudad italiana, y cuenta con la co-curaduría de Laura Cosendey.
La importancia de la selección está claramente relacionada con la lectura queer de la producción del titán angloirlandés, pero no exclusivamente. La colección de cerca de 20 lienzos, además de fotografías, es relevante porque trae de nuevo a Brasil una parte dedicada al inconformismo del artista, que no tiene cuadros en centros públicos del país y que fue visto con un enfoque similar hace mucho tiempo, en la sala especial de la 24ª Bienal de São Paulo, en 1998, comisariada por Paulo Herkenhoff. El crítico firma uno de los ensayos del catálogo, en el que analiza el pictorialismo áspero de Bacon a la luz de la antropofagia, concepto central de la histórica muestra de los noventa. «En la obra de Francis Bacon, es difícil saber dónde empieza la pintura, dónde empieza la piel del barro pictórico, dónde empieza el hombre en ese hombre pintado», escribe Herkenhoff en la publicación.
Man at a Washbasin (c. 1954) también resulta ser otro momento clave de A Beleza da Carne. La soledad en el acto de limpiar, de purgar algo posiblemente siempre cuestionado, en una escenografía cotidiana que siempre subraya el carácter de angustia interior de estas cajas escénicas repetidas en serie en la obra del artista. Estos expedientes ganan en intensidad a través de la pincelada rápida, la superficie inversa del chasis tratado y el contraste gráfico de los colores. Study of a Nude (1952-53) es también un cuadro relevante en la selección actual, en el que la caja escénica vuelve a presentar en su centro el cuerpo modelado de un hombre al estilo de Eadweard Muybridge (1830-1904), pionero de la fotografía que disecciona el movimiento.
El uso de la fotografía dio al pictorialismo de Bacon una firma llamativa. La selección de la imagen desencadenaba un complejo proceso imaginario de construcción de la obra, que podía ser una intrincada transmutación, ya que el artista disponía de referencias un tanto caóticas de papeles fotográficos y páginas de diverso orden que podían ser pisadas, arrugadas, rasgadas, etc. por cualquiera que pasara por el estudio.
Bacon también recurrió a sus propios retratados, como su amigo Lucian Freud (1922-2011). El rostro de Kafka (1883-1924) también fue otra fuente para el retrato de su amigo. Así, las imágenes disponibles eran casi una pista que, tras un particular proceso de creación, daría como resultado algo distinto a la plasticidad. Por eso, Portrait of Lucian Freud (1951), óleo y arena sobre lienzo, gana importancia en A Beleza da Carne, con la figura del amigo pintor algo recogida, con el rostro menos fragmentado que en lienzos de este tipo, una sombra enigmática avanzando hacia el extracampo de la composición y, sin embargo, rodeada del habitual recuadro escénico -y no tanto que ver con la figura del literato-.
La reunión de obras en este 2024 de la poderosa producción del artista, convertida ahora en medallón, puede aportar también nuevas preguntas sobre el estado de las cosas y las inseparables angustias de lo humano. Bacon vivió dos guerras mundiales, el turbulento periodo de entreguerras, una infancia y juventud llenas de percances y, por ser gay, sufrió prejuicios legales y judiciales a nivel nacional (el Reino Unido tuvo leyes contra la homosexualidad hasta los años 60), entre otras situaciones difíciles.
Así, en la exposición de Masp, hay un claro patetismo y actualidad en elementos utilizados reiteradamente por el pintor, como la figura del Papa Inocencio X en una frenética deconstrucción y la representación de bocas en gritos más que angustiosos, en tormentas que no parecen cesar. Por eso cuadros como Head I (1947-48) y Study of a Head (1952) son fundamentales en esta sección. El tono inarmónico y la paleta agresiva siguen atestiguando el horror de la humanidad, cuyas sombrías figuras nunca parecen enfriarse, ni siquiera en estos días de hiperconectividad y tecnología omnipresente salpicada de «avances».
Francis Bacon – A Beleza da Carne
Masp - Av. Paulista, 1578, São Paulo