LA CHOLA POBLETE EXHIBE VÍRGENES, COLONIALISMO Y EROTISMO EN GUAYMALLÉN
La Chola Poblete, artista argentina y activista por los derechos LGBTQ+, traza una confrontación entre los estereotipos históricos y los lenguajes visuales contemporáneos. Sus coloridas obras en diversos soportes alteran las estructuras de poder imperantes y celebran la riqueza cultural indígena de Sudamérica. Titulada Guaymallén, en referencia al lugar de nacimiento de la artista, la exposición individual de La Chola en el PalaisPopulaire cuenta con curaduría de Britta Färber, responsable del programa internacional de arte y cultura del Deutsche Bank.
La Chola Poblete: Guaymallén se encuentra en el PalaisPopulaire, situado en la Museumsinsel (Isla de los Museos) de Berlín. Este distrito, de estilo neoclásico, evoca el imperialismo del siglo XIX y el nacionalismo del XX, y es testigo de las transformaciones políticas de Alemania. Tras la unificación alemana bajo dominio prusiano en 1871, se concibió la idea de Alemania como Kulturnation (Cultura-nación) como estrategia de centralización del poder. A día de hoy, el estilo monumental de la arquitectura de los edificios y la imponente -incluso opresiva- escala de la planificación urbana crean una sensación de insignificancia personal frente al peso de las políticas del Estado-nación. Inmenso e intimidante, este entorno suscita autoridad y jurisdicción.
Esta sensación se disipa inmediatamente al entrar en el diseño contemporáneo del PalaisPopulaire y la vibrante curaduría de Guaymallén. Luces de neón, colores animados y fuertes voces de individualidad crean un oasis donde el conflicto no es tenso, sino liberador.
Nombrada "Artista del Año" 2023 por el Deutsche Bank, La Chola Poblete crea una exposición cuya una profunda exploración narrativa ahonda en el género y la sexualidad, las identidades indígenas argentinas y la iconografía Pop. Aquí se entrecruzan lo histórico y lo contemporáneo. Como principal hilo conductor, la Virgen María sirve de motivo focal que une estos elementos en una poderosa síntesis. Su imagen como icono maternal de la tradición cristiana se convierte en un símbolo de feminidades y espiritualidades más amplias e inclusivas que resisten y reinterpretan las narrativas coloniales y patriarcales. La exposición invita al espectador a reconsiderar a la Virgen María, tradicionalmente una figura de pureza y obediencia, como un faro de resistencia y empoderamiento.
Las acuarelas de La Chola son composiciones extensas en las que lo sagrado y lo profano danzan en caótica armonía. El tono de estas pinturas es humorístico, visceral y subversivo. Seres híbridos, en parte masculinos y en parte femeninos, se mezclan con símbolos extraídos de la cultura pop mundial y de tradiciones indígenas profundamente arraigadas, creando un diálogo visual que desafía las percepciones del espectador sobre la identidad, la espiritualidad y la pertenencia. La repetida invocación a la Virgen María sirve como metonimia de lo femenino y recurso narrativo para explorar temas como el martirio, la intervención divina y, sobre todo, el empoderamiento.
Como etapa final de la exposición, se erigen dos esculturas de la Virgen a escala real en sus propias salas aisladas. "Venus Papas Lays" tiene el torso hecho de pan y las "piernas" de madera desnuda. A su alrededor, un charco de papa fritas industriales satiriza los ocho mil años de historia cultural andina en torno a la papa, hoy alimento clave en las comidas occidentales. Al lado, la "Venus, marrona rajada" yace en una habitación roja, con el abdomen al descubierto y sus órganos de pan salientes. Invirtiendo el simbolismo del pan como cuerpo de Cristo, el vientre de esta Virgen es examinado y comercializado.
Lo que más atrae de la obra de La Chola es su capacidad para combinar el humor ácido con la honestidad brutal en una estética que destila belleza y sensibilidad. Esta combinación debilita la complacencia con la que la sociedad perpetúa las narrativas de la dominación patriarcal blanca. A través de la Virgen María, La Chola venera y subvierte a la vez, reconociendo su papel en la espiritualidad cristiana e indígena mientras reivindica su imagen como emblema más amplio e inclusivo de identidades feministas y queer. La exposición, de La Chola como artista pero sobre todo como activista, es un reflejo de su propio viaje y una invitación a repensar los símbolos que conforman nuestra idea de la divinidad, el género y el poder.