LA TRANSFORMACIÓN DE LO INMATERIAL EN JORGE SATORRE

Por Álvaro de Benito | mayo 19, 2025

Ría, la primera exposición de Jorge Satorre (Ciudad de México, México, 1979) en España, puede abordarse como un compendio de la sublimación de sus ideas e investigaciones sobre los límites conceptuales y materiales de las diversas prácticas en las que ha estado involucrado. La muestra, comisariada por Max Andrews y la uruguaya Mariana Cánepa Luna para el Museo Centro de Arte Dos de Mayo, se concibe, pues, como un espacio de inmersión donde esas propias fronteras quedan diluidas en favor de una mayor observación hacia los procesos.

LA TRANSFORMACIÓN DE LO INMATERIAL EN JORGE SATORRE

Satorre lleva años trabajando sobre lo material y lo inmaterial, tanto en la tradición como en la producción, y en la idea del diálogo de su obra con el espacio. Su propuesta parte de su interés primario por el dibujo y la ilustración para dar paso rápidamente al cuestionamiento de las posibilidades corpóreas y espaciales que constriñen y las prácticas artísticas y artesanales. Más recientemente, como en el proyecto que presenta en esta exposición, su foco se ha orientado a la materialización y registro, si puede definirse así, de los procesos de transformación desde la idea hasta su forma final.

 

En Ría se presenta una obra relativamente reciente, producida entre 2013 y 2025. En este periodo, el mexicano comienza a aproximarse a la necesidad de comprender qué existe entre sus procesos de creación y los formales, ambos campos interrelacionados, pero necesitados de un análisis profundo también en lo personal. El resultado parece enfrentarse a una constante confrontación con dicotomías de difícil solución, aunque todas ellas coincidan en el hecho de la distancia, física y figurada, como un elemento instrumental hacia una respuesta.

En los procesos de construcción más específicos, al igual que en esa disyuntiva que rodea lo expositivo, el trato del material, la disposición y las técnicas artísticas que se aplican para esa forma final se antojan fundamentales. Sin ellas, la idea nunca podría evolucionar hasta convertirse en física, dimensión inexcusable en la tradición de ciertas tendencias artísticas, y, por tanto, dejar de existir tanto en su plano objetivo únicamente como conceptual.

 

Existe una escalabilidad en su propuesta que remite al éxito, o al intento de ello, de esa traducción del papel a otros materiales, de esa primera idea plasmada a una viabilidad evidente, en la que el resultado se aleja como certificación del proceso en el tratamiento. La superficie de trabajo se yergue como esencial, y en esos actos de alteración pueden tomarse como tal acción, pero la modificación esencial en la obra de Satorre se aísla igualmente para contestar con voz propia.

 

El entendimiento del espacio no solo aparece como área, sino también como una suerte de elemento arquitectónico que se incorpora dentro del proceso por el cual la exposición de la obra respalda la idea del desarrollo. En esas distancias y métricas caben también las valoraciones de la desubicación y lo funcional, elementos adscritos a los usos incorrectos de objetos y materiales que también se transgreden desde el pensamiento.

 

Jorge Satorre. Ría puede verse hasta el 31 de agosto en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo, Constitución, 23, Móstoles (España).

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