UN JUEGO DE FORMAS, PERSPECTIVAS Y SIGNIFICADOS
La artista iraní Nairy Baghramian expone su reciente colección de esculturas Modèle Vivant en la galería mexicana Kurimanzutto.
En francés, modèle vivant se refiere a la práctica de dibujar, pintar o esculpir la figura humana a partir de un modelo vivo; es decir, a partir de una persona que adopta, asume o mantiene una cierta pose al servicio de la composición del artista. El título de la exposición actual de Nairy Baghramian no sólo da nombre a su nuevo conjunto de obras, sino que también evoca una historia convencional de prácticas en los estudios de artistas, que a menudo parecían subsumir o sublimar los cuerpos, según fuera el punto de vista.
Por otra parte, las esculturas de Baghramian afirman que los puntos de vista pueden cambiar, a veces deben cambiar (en ocasiones, una y otra vez). En términos más literales, el lugar concreto desde el que un espectador mira una escultura cambia a medida que la persona mueve su propio cuerpo alrededor de la obra o en relación con ella. Desde un punto de vista más metafórico, las obras de Modèle vivant cuestionan qué puede ser y qué puede significar un cuerpo escultórico, incluso cuando no hay un cuerpo explícitamente representado.
Baghramian entrelaza su docena de esculturas abstractas con otras tantas obras figurativas de dos artistas del siglo XX residentes en México: Geles Cabrera (1926) y Elizabeth Catlett (1915-2012). Los cuerpos esculpidos de Cabrera y Catlett están recostados o de pie, abrazados, inclinados, fragmentados, reconstruidos, articulados estructuralmente. Las esculturas de Baghramian tienen una disposición similar, muchas están reclinadas, sentadas o de pie.
Vivant (“viviente”) insiste, gramaticalmente, en una especie de presente continuo o persistente. Baghramian también ha nombrado cada escultura de forma gramaticalmente paralela al título de la exposición. Además, designa cada escultura con un verbo reflexivo, una forma que valida la equivalencia entre sujeto y objeto, reflejando una acción en su actor: portarse, dedicarse, divertirse. La reflexividad tiene sentido en muchos de los títulos de Baghramian: S’éloignant (“alejándose”) o S’allongeant (“recostándose”), por ejemplo. En cambio, el título compartido de sus seis esculturas S’accrochant (“aferrándose”) es un poco más complicado. La suspensión de sus robustas formas de ganchos prominentes evoca un matadero, lo que a su vez sugiere la escalofriante pasividad de las partes del cuerpo colgadas por otra persona. A lo que el verbo reflexivo responde: estas esculturas no fueron colgadas, sino que se suspendieron.
Nairy Baghramian explora formas y conceptos heredados de la historia del arte para abordar cuestiones de funcionalidad, decoración, abstracción y feminismo. Su trabajo ofrece una reflexión acerca de la producción incesante de objetos estéticos y cultiva un interés por espacios y medios de creación marginales, a menudo considerados como territorio de lo “femenino”. Con esculturas, hechas de materiales tan diversos como acero, silicona, resina y cuero, Baghramian acerca las referencias del arte al ámbito de lo subjetivo y desmonta el cuerpo humano a través de las políticas del diseño de interiores. El resultado nos ofrece una «relectura» del legado del minimalismo y el surrealismo, en forma de protuberancias y cavidades, bultos y desparrames, órganos y partes del cuerpo. La inestabilidad, tema recurrente en la obra de Baghramian, se manifiesta en el uso de soportes débiles y endebles en sus esculturas: colgando o inclinadas, siempre a punto de colapsar. La fuerza de su obra reside precisamente en retomar lo delicado e ignorado como punto de partida para crear esculturas conscientes de su propia fragilidad, que al tiempo presiden confiadamente sobre el espacio de exposición.
Modèle vivant. Exposición individual de Nairy Baghramian.
Hasta el 11 de marzo de 2023.
Galería Kurimanzutto. Gob. rafael rebollar 94. Col. San Miguel Chapultepec. 11850, Ciudad de México, México.