EMILIANO VALDÉS EN PINTA PANAMÁ 2025: EFERVESCENCIA, CONSTRUCCIÓN E IDENTIDAD
Panamá se prepara para convertirse en el epicentro del arte regional con la primera edición de Pinta Panamá, del 21 al 25 de mayo 2025. En un momento de efervescencia para el ecosistema artístico local, la feria busca consolidar la escena panameña, impulsar la circulación de artistas y crear un espacio de encuentro para las corrientes artísticas de Centroamérica y Sudamérica. Emiliano Valdés, curador general del proyecto, comparte su visión sobre el potencial de Panamá como punto de conexión cultural.

¿Cómo surgió la visión curatorial detrás de la primera edición de Pinta Panamá? ¿Cuál fue la semilla que originó el proyecto?
Pensar en Pinta Panamá como una oportunidad de articular y activar —o de reactivar— el sector cultural en Panamá fue clave desde el inicio. La idea es que muchos de los esfuerzos que ya se están llevando a cabo en la ciudad puedan alinearse y sumar fuerzas para explotar el gran potencial que tiene Panamá.
La intención es incluir la mayor cantidad de espacios, instituciones y proyectos posibles, siempre bajo ciertos estándares de calidad y rigor en la presentación del arte. Nos interesaba mucho lograr una representación significativa de los artistas y las instituciones participantes, con una fuerte presencia de artistas panameños y de la región, especialmente de Centroamérica y del norte de Sudamérica.
Panamá es, geográficamente, un punto de encuentro. Esa posición estratégica nos permite imaginarlo como un epicentro desde el cual se extienden diversas corrientes artísticas y culturales. Así como Panamá es un punto de conexión entre América del Norte y América del Sur y uno de tránsito entre el mar Caribe y el océano Pacífico por el Canal, creemos que puede fortalecerse también como un centro para las artes y la cultura de la región. La idea es que Pinta Panamá se convierta en un nodo clave dentro de esos corredores culturales y que estimule los intercambios y la circulación artística, no solo hacia el norte, sino, sobre todo hacia otras direcciones.
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Imagen ciudad de Panamá
¿Cómo se integra la identidad panameña dentro de la programación de Pinta Panamá?
Panamá es un país en el que el tema de la identidad está muy presente, tanto en los discursos oficiales como en las prácticas artísticas y las investigaciones culturales. El Canal de Panamá, por ejemplo, es una obra de infraestructura monumental que ha influido profundamente en la identidad nacional y en la configuración social del país, atrayendo (y forzando) históricamente a personas de distintas procedencias. Eso ha agregado complejidad a la identidad panameña, creando una especie de historicidad social única que, como explico, se ha reflejado en las prácticas artísticas del país.
En este momento, Panamá está en un proceso de preguntarse a sí misma qué es y qué representa. Desde dónde se construye como nación. La programación de Pinta Panamá va a reflejar esa diversidad de prácticas y de narrativas. Nos interesa mostrar tanto la narrativa oficial como las no oficiales, las disidentes, las que emergen desde los márgenes. Todas esas "Panamás" que van a emerger en el marco de la feria nos ayudarán a construir una respuesta —parcial, por supuesto— a la pregunta de qué es Panamá hoy.
¿Cuáles son las fortalezas y desafíos del ecosistema artístico panameño?
Panamá tiene hoy instituciones culturales que se han fortalecido y profesionalizado, lo que demuestra que hay una respuesta a una sociedad que demanda más y mejores formas de producción y difusión artística. Sin embargo, el circuito de galerías aún es reducido, lo que limita las oportunidades para que los artistas accedan a carreras que les permitan vivir de eso. Además, las oportunidades por fuera del sector comercial son limitadas.
Creo que el ecosistema artístico panameño es todavía joven y está en construcción, especialmente a nivel institucional y del estado. En ese sentido, Pinta Panamá representa una oportunidad para darle un impulso a esos esfuerzos en marcha y fortalecer el tejido artístico y cultural del país. La feria puede servir para catalizar ideas, procesos e iniciativas que están en gestación. Percibo una efervescencia en Panamá en estos momentos, producto precisamente de esos esfuerzos tanto individuales como institucionales, y creo que Pinta Panamá puede ser el impulso que permita consolidar esa energía creativa.
¿Qué aprendizajes o influencias recogieron de otras ArtWeeks organizadas por Pinta, como Pinta Asunción?
La experiencia de Pinta Asunción fue clave, aunque yo no participé directamente en esa edición. Sin embargo, por las conversaciones que he tenido con Diego Costa Peuser –director global de Pinta– e Irene Gelfman –curadora global Pinta–, entiendo que los resultados fueron muy estimulantes y prometedores. Se sintió claramente el impacto positivo que una iniciativa como esta puede tener en una ciudad.
El modelo de Pinta se basa en replicar y adaptar las dinámicas exitosas de otras ediciones a distintas capitales latinoamericanas. Sabemos que hay aspectos que funcionaron muy bien y otros que pueden ajustarse, por lo que vamos a aprovechar esos aprendizajes para optimizar la experiencia en Panamá. La intención es que Pinta Panamá no solo refleje el contexto local, sino que también se inserte dentro de una red de intercambios culturales más amplia a nivel regional.
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La primera edición de Pinta Panamá en 2025 se presenta como una oportunidad para consolidar el arte panameño y posicionar a la ciudad como un epicentro de las corrientes artísticas de la región. Más allá de ser una feria de arte, Pinta Panamá busca abrir nuevas rutas para el intercambio cultural, fortaleciendo las preguntas por las identidades panameñas y proyectando a la ciudad como un nodo estratégico para la producción artística en América Latina.