DENUNCIA Y ORIGEN EN TABITA REZAIRE

Por Álvaro de Benito | noviembre 06, 2024

Nebulosa de la calabaza es el título de la primera exposición individual que presenta en España Tabita Rezaire (París, Francia, 1989), artista residente y con ascendencia en la Guayana Francesa. Reconocida por la utilización de los nuevos medios y la multidisciplinariedad para explorar las relaciones entre los mundos contemporáneos transitados desde la tecnología y su relación con el entorno más ancestral y espiritual, la guayanesa enfoca su producción al activismo desde la perspectiva de la denuncia desde el feminismo y la descolonización como puntos clave.

DENUNCIA Y ORIGEN EN TABITA REZAIRE

Por ese motivo, no es de extrañar que el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, organizadoras de la exposición, hayan apostado por presentar una muestra que se haya perfectamente encajada en las líneas curatoriales que, desde hace un tiempo, viene ejecutando la institución madrileña y que versan sobre la urgencia descolonizadora y el enfoque feminista.

 

Sin embargo, la exposición no ahonda en lo formal de las técnicas más conocidas de Rezaire, o no a simple vista, y Nebulosa de la calabaza acaba por recoger una propuesta mucho más enfocada a la raíz y a lo primigenio en el que esas nuevas tecnologías pasan a un segundo plano para expresar, de manera magistral, el reencuentro con el origen sepultado bajo la influencia occidental.

 

De manera más o menos participativa, la artista propone a través de tres instalaciones el entendimiento y la conexión con ese ciclo vital y la espiritualidad como medios. Así como se sobreentiende la máxima de que lo último que le queda a un pueblo es su religión y su idioma, la primera cobra un protagonismo esencial. De las tres obras o espacios presentados, dos de ellos están dedicados a la orisha Yemoja, espíritu principal de la religión yoruba, madre de los ríos y océanos, símbolo del origen y perpetuidad de la vida, y que canaliza esa interacción del espectador para encontrar una conexión inmaterial a través del espacio.

 

Es precisamente la construcción de esos entornos inmersivos la que sirve para cercar las posibilidades de interconexión e, incluso, de la realización por parte del espectador de rituales sin desligarse de ciertas técnicas que, como el video o la disposición de los elementos, aluden al contrapeso de la realidad. Esta invitación a la participación lleva a mimetizarse por tiempo limitado en el conocimiento original a través de lo vehicular del rito, uno de esos puntos de anclaje que bien puede ser empleado como instrumento para la reconstrucción de la pertenencia primigenia y de la identidad colectiva y que, por desgracia, no llega a complementarse con el del idioma propio, ausente a favor del del colonizador, elemento también de represión y erradicación.

Tabita Rezaire. Nebulosa de la calabaza puede verse hasta el 12 de enero de 2025 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Paseo del Prado, 8, Madrid (España).

 

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