LO TERRITORIAL POR TRES ARTISTAS LATINOAMERICANAS EN ÁNGELES BAÑOS
Partiendo de las teorías biologicistas de sobre la territorialidad y las relaciones derivadas de los seres vivos con su entorno próximo, la galería pacense Ángeles Baños propone a tres artistas latinoamericanas un proyecto expositivo para que, a través de sus experiencias y su visión personal, materialicen y expresen esos sentimientos de territorialidad, y siempre ejerciendo desde el paralelismo del ser humano con el resto de seres vivos.
De ahí nace Instinto Territorial, la exposición colectiva en la que participan Glenda León (La Habana, Cuba, 1976), Juana Córdova (Cuenca, Ecuador,1973) y Katherinne Fiedler (Lima, Perú, 1982) y que pretende recorrer y analizar, además de la idea primigenia, la de esa relación entre hombre y animal, aportando su línea argumental en la propuesta del desarrollo paralelo de este instinto, independientemente de la especie.
Con El Enemigo, un video que muestra a un perro ladrando a un gato meneki-neko, Glenda León pretende simbolizar todo lo primario, desde la frustración y los miedos a la representación circunscrita a uno mismo de un entorno mucho más amplio y ajeno, llegando a entrar en conceptos como la protección, la amenaza y la defensa y extrapolarlo a los sistemas de administración y representación estatal humanos.
Juana Córdova, por su parte, toma la figura y representación de los sistemas de los manglares y su posición ecológica y geográfica de transición lo marino y lo terrestre. Incidiendo en su morfología vegetal característica, la ecuatoriana desarrolla Vuelo de rutina, una pieza que reproduce un perfil costero en el que se citan círculos realizados con plumas de pelicanos y fragatas sobre la base de montículos de arena. Todo ello se traduce en una obra de efecto visual donde se confunde lo animal y lo vegetal, y, por lo tanto, los límites, para profundizar en la observación y en el cuestionamiento del entorno.
En Inabarcable, Katherinne Fiedler centra su visión en las políticas territoriales y en el concepto de lo fronterizo a través del escenario de un paisaje marítimo. Este se convierte inmediatamente en un territorio político donde se materializan, más si cabe, todas las nociones y artificios del Estado-nación y esa delimitación del territorio para diferenciarse. La pose de vigía y aparente control del perro en un pesquero en alta mar representaría esa función animal y atávica que refleja los miedos en el ser humano. La propuesta de Fiedler se complementa con Interior Hondo y con Sostener desde dentro, que aluden a la permanente evolución biológica del ser humano.
Instinto Territorial. Glenda León, Juana Córdova y Katherinne Fiedler puede verse en Galería Ángeles Baños, Plaza de los Alféreces, 11, Badajoz (España).