LUCILA GRADIN: UNA BÚSQUEDA A TRAVÉS DEL COLOR

Por María Galarza.

Lucila Gradin da inicio a su trabajo cuando crea sus propios tintes naturales –a través de plantas tintóreas y medicinales de todo el mundo– y lo culmina persiguiendo la imagen que va dejando cada rastro de esa práctica ancestral a través de bordados, textiles y composiciones en papel. Forma parte de la sección RADAR de Pinta PArC 2024, junto a COTT Gallery.

LUCILA GRADIN: UNA BÚSQUEDA A TRAVÉS DEL COLOR

¿Qué lugar ocupa la naturaleza en tu proceso y recorrido?

 

Nací en Bariloche, me crié ahí y siempre estuve en contacto con las plantas. De chica machacaba, hacía perfumes, intentaba generar cosas; de grande cuando decidí estudiar estudié Arte fui volviendo a esa práctica y creo que se fue profundizando. Al día de hoy ya solo trabajo con plantas tintóreas y medicinales.

 

Mi investigación no es que la elijo, sino que es mi percepción del universo y del mundo. Tiene que ver con rescatar prácticas ancestrales, tratar de rastrear esas mitologías que muchas veces no son tan fáciles de encontrar.

 

¿Cómo se compone tu proceso de investigación?

 

Mi proceso de investigación tiene que ver mucho con la experimentación, todo el tiempo estoy buscando plantas que sean tintóreas.

 

Para eso, primero rastreo los textiles ancestrales, que ahí hay mucha información sobre las fuentes tintóreas. También trabajo con curanderas, médicos, homeópatas, en donde encuentro otra fuente de investigación. Además, a partir de mitologías originarias también puedo llegar a saber qué plantas pueden llegar a tener capacidades tintóreas.

 

Por último, la experimentación, cada vez que me encuentro con una planta pruebo a ver si tiñe o no. Macero la planta, después la hiervo y hago pruebas con luces colocando la lana o el papel teñido durante un mes al sol. Si en ese mes el color no varía tanto o no desaparece, la planta es tintórea. Entonces mi trabajo es casi una cocina experimental.

¿Cuál es el proceso por el cual creás tus textiles?

 

Pienso el color como una onda expansiva de salud y conocimiento en cuanto a que la fuente original es una planta con capacidades medicinales, mitológicas, y tintóreas específicas de cada una.

 

Los soportes los pienso en cuanto al papel, con sus diferentes capacidades: no es lo mismo un papel de grabado, que un papel absorbente, que un papel para acuarela. Por otro lado, los tintes vegetales maridan muy bien con las fibras animales. Es decir, que el color de una planta va a brillar más si lo pongo sobre una fibra animal. Puede ser seda, o lana, hay alguna excepción que es sobre algodón.

 

Entonces el soporte tiene un rol fundamental, porque es donde yo puedo materializar todo este conocimiento.

 

Si utilizo fieltros los hago yo, los amaso en el estudio. Pienso el fieltro como un papel, lo sumerjo en el tinte. Y luego voy tiñendo las lanas y bordando. Es una búsqueda muy pictórica la que continúo. Lo mismo con las obras en papel, que en definitiva que después de desplegar esos conocimientos de teñido, me enfoco en pensar el color sobre el soporte.

 

¿Cómo decidís el color?

 

Es más intuitivo. Armo los tintes, los congelo y se forman cubos de color que después apoyo sobre el papel secante para que se derritan. Quedan como glaciaciones y es con esa misma planta de origen que tiño la lana y luego voy bordando, siguiendo la mancha inicial que dejaron los primeros cubos de color.

 

Ese soporte lo que tiene es que absorbe el agua y deja la mancha. Primero se tiñe el papel que es el puntapié para seguir buscando la imagen de forma intuitiva. Es desplegar el conocimiento del color a lo máximo que se pueda.

 

Finalmente, me dedico a perseguir esa imagen inicial.

¿De qué se trata tu propuesta para esta edición de Pinta PArC?

 

Para esta edición de Pinta PArC voy a trabajar un mural pintado con palo mora y también va a haber unos textiles hechos con fieltro y tejidos, buscando una forma muy pictórica usando lanas teñidas con plantas medicinales. También va a haber obras en papel, intervenidas con diferentes colores de plantas y lanas. Todo eso va a estar en diálogo. Si bien mi investigación es sobre las plantas medicinales y tintóreas, finalmente el resultado tiene que ver con una búsqueda muy pictórica.

 

La noción de territorio, ¿cómo influye en tu producción?

 

La noción de territorio tiene que ver para mí en pensar un mapa tintóreo y de colores a partir de los diferentes lugares donde me encuentre. Si me acerco más hacia la línea del ecuador, los colores van a ser mucho más brillantes porque las plantas son más blandas incluso para sacar el color. A medida que voy yendo hacia el sur, los colores son más oscuros, y no hay una paleta tan amplia. Tiene que ver, primero con lo que se ve, que finalmente se refleja casi después en el tinte y, después, con la dureza de las diferentes cortezas o hojas, semillas.

 

Mi ideal en un futuro sería poder hacer un mapa tintóreo medicinal del mundo.

¿Qué influencia tienen los viajes en tu obra?

 

Es muy importante para mí poder viajar en cuanto a mi obra ya que para mí me permite poder encontrarme con nuevas fuentes tintóreas y medicinales. Siempre hay algo que se abre porque hay un nuevo conocimiento, un nuevo saber, una nueva flora a investigar.

 

¿Cuál es el lugar que ocupa la tradición en tu obra?

 

La tradición atraviesa mi obra en porque trato de recuperar ciertos conocimientos ancestrales, pero no me interesa la tradición como algo cristalizado, sino como algo que se va transfiriendo de forma oral, como son los saberes mitológicos, latinoamericanos.

 

¿Cómo crees que la temporalidad afecta la percepción de tu obra?

 

Por un lado, estoy atenta a las estaciones, porque de acuerdo a las estaciones cambia mucho mi paleta. No es lo mismo el verano que el otoño, porque ahí cambia un montón los colores que puedo conseguir, aunque también lo puedo guardar y almacenar.

 

Por otro lado, las obras que son en papel, lana o fieltro las fijo porque hay un método natural que hace que el color permanezca. Pero cuando se trata de instalaciones sobre muros busco no fijarlas para que tengan esta variación en el tiempo. Me puedo dar el gusto de hacerlo porque las instalaciones después se desvanecen. Como los árboles que cambian, es jugar con lo mismo.

 

Puedo jugar con lo efímero, que se borre, que cambie. Si yo no fijo un color sé que éste va a irradiar hacia otro lado, o va a desaparecer.

¿Qué papel crees que juega el arte en la preservación de la memoria colectiva y las prácticas ancestrales?

 

Siempre tuve mucha curiosidad sobre las mitologías, es algo de mi propia cosmovisión, y ahí tratando de encontrar esos relatos es donde también está el impulso de buscar algo más en las plantas.

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