LA DESESPERANZA FRONTERIZA EN LA LENTE DE FELIPE ROMERO

Por Álvaro de Benito

Felipe Romero (Bogotá, Colombia, 1992) muestra habitualmente en su propuesta fotográfica un elevado interés por las zonas de conflicto. Si bien el escenario recoge esa tensión palpable, pero todavía intangible, también ejerce como marco reflexivo donde se encuentran el conflicto y sus protagonistas.

LA DESESPERANZA FRONTERIZA EN LA LENTE DE FELIPE ROMERO

En su proyecto Bravo, que se muestra en el Centro de fotografía KBre de la Fundación MAPFRE, en Barcelona, Romero toma el cauce natural del río Bravo que delimita en más de su mitad de recorrido la frontera entre Estados Unidos y México, aunque centra su atención en el tramo concreto donde se concentran cientos de inmigrantes procedentes de Centro y Sudamérica como último paso de su periplo migratorio.

 

Bravo se transforma en un ensayo fotográfico que retrata la realidad de un colectivo que avanza hacia el final de su travesía, pero que corre el riesgo de no superar y alcanzar su objetivo. El río funciona como límite, y no tanto como ese marco reflexivo de otras de sus producciones, y se erige como barrera infranqueable y, al mismo tiempo, como ente modulador de una nueva identidad y forma de vida de quienes allí llegan.

La plasmación casi anímica y cotidiana de los protagonistas en sus paisajes, los elementos arquitectónicos que se producen, la construcción de lo efímero en la esperanza, pero de lo eterno en la realidad, resultan en la creación de un imaginario que bebe de la idea de la espera y que aparece inherente a esa nueva identidad que se cultiva desde la paciencia.

 

Felipe Romero. Bravo puede verse hasta el 18 de mayo en Centro de fotografía KBre-Fundación MAPFRE, Avenida Litoral, 30, Barcelona (España).

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