FRIEZE NUEVA YORK 2024 – BUEN ARRANQUE DE TEMPORADA
Con la inauguración de Frieze NY el pasado miércoles, la temporada de ventas de arte contemporáneo en Nueva York ha comenzado (¡si es que alguna vez termina de verdad!). Desde ahora hasta mediados de mayo, será un torbellino de ferias e inauguraciones de galerías, que culminará con las grandes subastas. Mayo es un mes crucial para el calendario del mercado del arte estadounidense y sus resultados tendrán repercusión mundial durante el resto del año.
Esta edición es la cuarta que se celebra en The Shed, un edificio futurista situado en el centro de la ciudad, muy distinto de las carpas de Randall's Island. A pesar de las críticas a las limitaciones del lugar, ofrece claras ventajas. Aunque pueda parecer un poco estrecho, su ubicación central y su espacio limitado favorecen un número manejable de galerías. Otro punto a favor de que Frieze se realice en The Shed es su cercanía con las numerosas galerías de Chelsea. Esta cómoda ubicación, que se hace aún más agradable paseando por el High Line, permite acceder fácilmente a una plétora de nuevas y atractivas exposiciones, a las que este año se suman otras dos ferias de la zona: NADA y 1-54. Esta última me pareció especialmente interesante, con una gran selección de artistas africanos y de la diáspora africana.
Volviendo a Frieze, es importante destacar que más de la mitad de los 68 expositores de la feria cuentan con galerías permanentes en la ciudad y utilizan la feria como un espacio temporal con un fabuloso tráfico de visitantes. Las obras expuestas presentaban una diversa mezcla de estilos, predominando la pintura, con una combinación de figuras, abstracción y la ya omnipresente abstracción figurativa, incluyendo artistas tanto emergentes como consolidados. Aunque muchas galerías optaron por exhibir una selección de varios artistas, otras se decidieron por presentaciones individuales, que, desde un punto de vista estético, eran las más llamativas. En particular, el stand de Gagosian destacó con cuatro nuevas obras abstractas monumentales de Sterling Ruby, que desprendían una inmensa fuerza. Situadas en una ubicación privilegiada, con amplio espacio en las paredes y bañadas por la luz natural, estas obras capturaron toda la atención. Con un precio de 550.000 dólares cada una, dos de ellas se vendieron el día del preestreno y, al final de la feria, las cuatro ya estaban en manos de importantes coleccionistas. Debido a los elevados costos de transporte y alojamiento, las galerías extranjeras suelen adoptar un enfoque más cauteloso en sus presentaciones. En consecuencia, a menudo prefieren no arriesgarse con exposiciones individuales y optan por mostrar a varios artistas, una estrategia más segura en tiempos económicos difíciles. Además, en esta edición algunos galeristas han colaborado para compartir espacio y costos, lo que indica cómo se esfuerzan por lograr un equilibrio entre los elevados gastos que supone participar en una feria y las ventajas en términos de ventas y oportunidades de establecer contactos. En este sentido, Frieze NY es una excelente plataforma no sólo para establecer contactos con coleccionistas, sino también, y sobre todo, para dar a conocer artistas a los curadores, muchos de los cuales residen en Nueva York, lo que les facilita enormemente su asistencia a la feria. Además, la feria atrae una gran atención internacional, como lo demuestra la asistencia de 135 grupos de museos locales e instituciones este año. En total, la feria recibió cerca de 25.000 visitantes de 66 países durante sus cinco días de duración.
La estructura de la feria también refleja el ecosistema artístico, aunque en forma de pirámide invertida. En la planta baja, las galerías más reconocidas a nivel global gozan de una suave luz natural filtrada. A medida que se asciende, los nombres son menos prominentes, pero siguen siendo importantes.
En cuanto a los precios, estos variaron desde los 6.500 dólares de las obras de Holly Hendry en la galería Stephen Friedman hasta los 2 millones de dólares de las piezas de Robert Rauschenberg presentadas por Thaddeus Ropac. Aunque la mayoría de las obras se quedaron por un rango intermedio y por debajo del millón. Es notable mencionar que el precio más alto (declarado) lo alcanzó White Cube con una conmovedora obra de la artista colombiana Doris Salcedo titulada «Disremembered XIV», vendida en 1 millón de dólares.
La feria contó con una importante presencia de galerías latinoamericanas, desde la consolidada Kurimanzutto, de México, hasta la emergente Proyectos Ultravioleta, de Guatemala. En la sección Focus, dedicada a galerías de menos de 12 años, cada una con una presentación individual, la brasileña «Central Galeria» presentó una cautivadora exposición individual de la pintora indígena brasileña Carmézia Emiliano, con cuadros que oscilaban entre los 18.000 y los 32.000 dólares. Declararon haber vendido siete obras y tener varios más en reserva. Aunque la artista no está representada en la Bienal de Venecia, recientemente concluyó una exposición individual en el Museu de Arte de São Paulo (MASP), donde Adriano Pedrosa -curador de la Bienal de este año- ha ejercido de director artístico desde 2014. Esta observación es especialmente digna de mención, dado que muchas galerías llevaron a Frieze a artistas que también exponen en Venecia. Quiero destacar la presencia en la feria de números artistas latinoamericanos, muchos de ellos mujeres. Artistas como Sonia Gomes y Marina Pérez Simão (Mendes Wood), Beatriz Milhazes y Valeska Soares (Fortes D'Aloia & Gabriel), y Vivian Suter (Proyectos Ultravioleta) mostraron piezas muy atractivas. Ortuzar Projects, aunque es una galería basada en Nueva York, cuenta con una fuerte presencia de artistas latinos y del mundo hispanohablante. En su stand se expusieron obras textiles del fallecido artista paraguayo Feliciano Centurión, cuyas 'frazadas' son mantas collage que incorporan textos personales y objetos encontrados, reflejando su experiencia con el sida. Esto demuestra el creciente interés de curadores, marchantes y coleccionistas en los artistas textiles, cuyas carreras merecen ser reevaluadas
El efecto Venecia impregna la feria a todos los niveles y era especialmente evidente en la exposición individual de Alex Katz con Gladstone, que presento pinturas de la misma nueva serie actualmente expuesta en la Fondazione Giorgio Cini de Venecia. Además, la exposición en la galería Perrotin de pinturas y esculturas de Lee Bae, artista surcoreano conocido por su participación en el movimiento Dansaekhwa («pintura monocroma»), subraya aún más esta influencia, ya que Lee expone actualmente en solitario en un acto colateral oficial de la Bienal de Venecia.
La semana Frieze se extiende más allá de la propia feria, abarcando otras numerosas ferias e inauguraciones de galerías, todas ellas aprovechando la afluencia de coleccionistas, curadores y entusiastas del arte en la ciudad. Esta semana, sin embargo, parecía haber menos coleccionistas internacionales. Es posible que lleguen la semana que viene o, más probablemente, para las grandes subastas. Esto plantea una cuestión interesante sobre el propósito de ferias como Frieze: ¿no es la idea celebrar ediciones en distintas regiones para acercar el arte a los lugareños, en lugar de obligar a coleccionistas y profesionales a recorrer el mundo para asistir a la interminable sucesión de eventos?
Según un estudio de Clare McAndrew e Independent, en 2019 Estados Unidos representó el 44% del mercado mundial del arte. Dentro de Estados Unidos, Nueva York dominó con una notable cuota del 90% de las ventas de arte, lo que significa que la ciudad contribuye en torno al 40% al comercio mundial de arte. Además, el estudio destacaba que Nueva York alberga algunas de las mayores casas de subastas y empresas de marchantes del mundo, al tiempo que sirve de residencia a muchos de los principales coleccionistas de arte del mundo, con unas 1.500 personas que coleccionan al más alto nivel y residen o trabajan en la ciudad. Estos datos subrayan por qué tantas ferias se sienten atraídas por Nueva York y por qué numerosas galerías deciden establecer su presencia en la ciudad. El presidente de Hauser and Wirth, Marc Payot, destacó la importancia de Frieze Nueva York, afirmando que «una vez más, Frieze NY confirma que Nueva York es el centro del mercado mundial del arte».
En medio de la especulación generalizada sobre la trayectoria del mercado, la semana de Frieze Nueva York ha tenido un comienzo prometedor, marcado por los buenos informes de ventas de muchas galerías, varias de las cuales han agotado sus stands. Sin embargo, es fundamental reconocer que estas cifras proceden de los datos facilitados por los propios galeristas y sólo ofrecen una visión general del panorama. El verdadero pulso del mercado no se conocerá hasta dentro de quince días, con motivo de las grandes subastas, que prometen un análisis más transparente del mercado actual.