HUELLAS – EL DEBUT DE PANAMÁ EN LA BIENAL DE VENECIA

El Pabellón de Panamá en la Bienal de Arte de Venecia 2024 surge como una profunda reflexión sobre las huellas perdurables que la migración deja en los individuos y su entorno. Bajo el título Traces: On the Body and on the Land (Huellas: En el cuerpo y en la tierra), esta exposición hace eco de la actual crisis migratoria con especial atención al contexto panameño, interpretada por cuatro artistas a través de dibujos, pinturas, collages, esculturas de vidrio e instalaciones.

HUELLAS – EL DEBUT DE PANAMÁ EN LA BIENAL DE VENECIA

Por primera vez, hay un Pabellón de Panamá en la prestigiosa Bienal de Arte de Venecia. Esta oportunidad única presenta a cuatro destacados artistas panameños que personifican lo mejor del arte contemporáneo del país: Brooke Alfaro (1949), Isabel de Obaldía (1957), Cisco Merel (1981) y Giana De Dier (1980).

 

La obra Mirages of the Gap del artista Cisco Merel ofrece una exploración metafórica del viaje que hacen los emigrantes a través de la espesa selva tropical sin caminos conocida como Darien Gap. Basadas en dos grandes estructuras abstractas en las que la pintura y el pigmento han sido sustituidos por capas de barro, las ásperas texturas de la tierra multicolor que el artista recogió in situ simbolizan la arduidad de los senderos terrosos que los seres humanos han labrado a través de la selva.

 

La migración masiva de hombres y mujeres afrocaribeños a principios del siglo XX para la construcción del Canal de Panamá provocó una profunda transformación en Panamá y en su composición demográfica. Las oleadas migratorias no sólo dejaron una huella perdurable en la historia de la nación, sino que también ejercieron una influencia significativa en su diversidad cultural. Para aquellos que se atrevieron a aventurarse y trasladarse, el cuerpo migrante se convirtió en un depósito de crónicas y recuerdos, mientras que los propios individuos se enfrentaban al reto de decidir qué llevar consigo y qué dejar atrás. La cuestión central se convierte en un conmovedor dilema: ¿cómo conciliar el deseo de preservar la propia identidad con la imperiosa necesidad de asimilarse para sobrevivir? A través del collage, Giana De Dier reúne meticulosamente material de archivo, documentos familiares e historias orales, tejiéndolos en nuevas narraciones que iluminan la experiencia del emigrante.

Dentro de la instalación titulada Selva, el visitante se encuentra rodeado por una serie de dibujos monumentales. Con trazos sueltos y expresivos, Isabel De Obaldía ofrece una inmersión en la selva Darien Gap. Raíces rodeadas de helechos, palmeras entrelazadas con lianas, ríos y cascadas, se enfrentan directamente al observador. Las esculturas de vidrio muestran colores y formas dramáticas con superficies talladas y de gran riqueza de texturas que generan efectos luminosos.

 

Los océanos y selvas de los cuadros de Brooke Alfaro no representan sublimes paisajes marinos ni apacibles bosques tropicales. Más bien son escenarios de grandes dramas humanos en los que individuos vulnerables, a menudo en grandes grupos, en diversos tipos de embarcaciones o rodeados de naturaleza salvaje, se enfrentan a un mundo natural agresivo y peligroso. Aunque las composiciones surgen de su imaginación, la omnipresente sensación de tragedia nos recuerda a las balsas llenas de emigrantes del Mediterráneo o del Darién que vemos hoy en las noticias. Alfaro empezó a pintar estas ominosas escenas en los años noventa, mucho antes de que las noticias sobre la migración a través de Panamá informaran de la actual crisis humana de proporciones épicas.

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