EXTRANJEROS EN TODAS PARTES: LATINOAMÉRICA TOMA LA BIENAL DE VENECIA
La exposición de la edición 60 de la Bienal de Venecia – Stranieri Ovunque (Foregneirs Everywhere)– curada por el brasileño Adriano Pedrosa, presenta a 331 artistas, muchos más de los que se acostumbra exhibir. Más de un tercio de esos artistas proviene de Latinoamérica.
La edición de 2024 de la Bienal de Venecia ha destacado por una amplia y vibrante participación de artistas latinoamericanos, consolidando la posición de la región como un núcleo de innovación y creatividad en el panorama artístico global. Esta presencia robusta refleja tanto la vitalidad del arte contemporáneo latinoamericano como el creciente interés internacional por las narrativas y perspectivas que emergen de esta parte del mundo. A lo largo de la bienal, los artistas latinoamericanos han presentado obras que abordan temas diversos, relacionadas con la migración y la descolonización, centrándose en artistas que representan la experiencia del extranjero, el inmigrante, el diaspórico, el exiliado y el refugiado.
Brasil tiene una destacada representación en la 60ª Bienal de Venecia, no solo por la curaduría de Adriano Pedrosa, el primer latinoamericano en asumir esta responsabilidad, sino también por la participación de artistas brasileños.
Dalton Paula presenta su serie "Full-Body Portraits (2023-24)", donde figuras históricas afrodescendientes como Chico Rei y Zeferina son representadas en lienzos bipartitos de gran escala. Esta serie no solo establece un diálogo entre memoria e historia a través de una composición estilística que evoca estudios fotográficos del siglo XIX, sino que también incorpora objetos simbólicos que profundizan en las relaciones entre imagen y poder.
Por otro lado, Manauara Clandestina, oriunda de Manaos, debuta con su videoarte "Migranta", que explora la historia migratoria de su familia. Este trabajo emocionalmente cargado revela las experiencias personales de migración y la búsqueda de identidad, resonando con temas universales de pertenencia y memoria. El Colectivo Mahku de Brasil se presenta en el Pabellón Central con una monumental pintura mural que invita al público a reflexionar sobre temas sociales y culturales. Esta obra colectiva no solo celebra la diversidad y la riqueza del arte contemporáneo brasileño, sino que también subraya la importancia de la colaboración y el diálogo en la creación artística.
Entre los representantes de Argentina se encuentran figuras contemporáneas como Claudia Alarcón y La Chola Poblete, así como históricos notables como Libero Badii, Lidy Prati y Elda Cerrato.
La obra textil de Claudia Alarcón, originaria de la comunidad wichí del norte de Salta, destaca por su profunda conexión con las prácticas culturales indígenas. Además, el sincretismo y la visión de La Chola Poblete, con sus vírgenes queer, ofrecen una potente crítica a las dinámicas de culto y la representación de la diversidad de género. Estas piezas invitan a reflexionar sobre la apertura y la inclusión, temas centrales en esta bienal.
Desde México, la bienal cuenta con la destacada participación de Frida Kahlo, cuya obra "Diego y yo" es una de las piezas más esperadas. Además, artistas como Bárbara Sánchez-Kane, conocida por sus trabajos que fusionan moda y arte, abordan la intersección entre la ropa y la identidad de género, desafiando las convenciones tradicionales. Por otro lado, Rosa Rolanda y Diego Rivera también estarán presentes con obras que reflejan la rica herencia cultural y artística de México.
De Colombia, el conceptualista Miguel Ángel Rojas, pionero en abordar temas de sexualidad, violencia y cultura marginal, presenta obras que invitan a la reflexión sobre problemáticas sociales contemporáneas. Abel Rodríguez, un artista empírico del pueblo Nonuya, aporta una visión única del Amazonas con sus detalladas pinturas de la biodiversidad de la selva, mostrando la profunda conexión entre naturaleza y cultura. Iván Argote, conocido por sus obras que exploran la relación entre historia, política y subjetividad, presentará videos, esculturas y collages que desafían al espectador a reconsiderar su relación con el Estado y las tradiciones.
El arte textil y las prácticas colaborativas también tienen un lugar destacado. El colectivo de bordadoras de Isla Negra, de Chile, formado por mujeres bajo la guía de Leonor Sobrino en los años 60, presenta escenas vívidas y coloridas de su entorno cotidiano, resaltando la importancia de las prácticas artesanales en la representación cultural.
De Bolivia, River Claure, considerado uno de los artistas emergentes más importantes, presenta obras que cuestionan la noción de identidad y la relación con el paisaje, abordando cómo su destrucción condiciona las identidades comunitarias. Asimismo, Beatriz Cortez, salvadoreña, fusiona temporalidades y modernidades diversas en sus esculturas, explorando la memoria y la pérdida después de la guerra y la experiencia de migrar.
Desde Guatemala, Paula Nicho, conocida por crear una comunidad de mujeres mayas tz’utuhiles artistas, exhibe trabajos que reflejan mundos surreales y la cosmovisión maya, destacando el poder de la mujer en la representación artística. Sus obras abordan la naturaleza, la cosmovisión maya kakchiquel y el poder de la mujer, calificándose como un reflejo del arte naif.