EL PABELLÓN ARGENTINO EN LA BIENAL DE VENECIA

Ojalá se derrumben las puertas de la artista Luciana Lamothe, curada por Sofía Dourron es la obra que presenta el pabellón argentino en la 60º Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia 2024.

EL PABELLÓN ARGENTINO EN LA BIENAL DE VENECIA

Concebida en torno a la arquitectura del Pabellón argentino, la obra consiste en cuatro estructuras conformadas por andamios de hierro, cintas de fenólico curvado y una serie de esculturas elaboradas a partir de retazos de maderas descartadas, quemadas, perforadas y tajeadas, así como ramas, troncos, fragmentos de caños y nudos metálicos que los conectan. Enuncia la necesidad de superar las formas hegemónicas de habitar el planeta, que han producido un presente azotado por crisis climáticas, migratorias, económicas, sociales y territoriales.

 

En sintonía con la consigna curatorial “extranjeros en todas partes” formulada por el curador de la Biennale Arte 2024, Adriano Pedrosa, la artista propone entornos materiales en los que la diferencia no es una debilidad, sino la mayor de las fortalezas. Quien circula por la obra es sensible de experimentar otras formas de habitar, formas queer, solidarias y simbióticas. Ojalá se derrumben las puertas, entabla un vínculo afectivo y sensual con los materiales, para desbordar las fronteras que separan la cultura y naturaleza, lo humano y no humano.

La manipulación minuciosa de Lamothe sobre el mundo material combina elementos y secuencias de reacciones, pesos y contrapesos, invoca alianzas más que humanas y una alquimia espacial que generan nuevas posibilidades formales, estéticas y afectivas para los cuerpos y objetos que contienen. Crea espacios indisciplinados que se oponen no solamente a las formas constructivas de la modernidad, también se rebelan contra lo que Malcom Ferdinand llama una “forma colonial de habitar”, cuya violencia somete territorios y cuerpos humanos y no humanos a un sistema de explotación extractivista. Cada una de las esculturas funciona como un espacio envolvente que sugiere otros modos de concebir nuestra relación con el mundo material que nos rodea. Contienen, al mismo tiempo, formas de cuidado y de violencia que se manifiestan en los tajos, cortes, ensamblajes y torsiones necesarios para que la obra mantenga su forma: una serie de heridas y suturas que reconocen el peso de siglos de condicionamiento social, espacial y material ejercido sobre cuerpos humanos y no humanos.

 

Argentina fue el primer país latinoamericano en formar parte de la Exposición Internacional de Arte de La Biennale Di Venezia, en 1901. Desde el año 2011 cuenta con un pabellón nacional de más de 500 metros cuadrados y su presencia ininterrumpida constituye una valiosa política de Estado que se consolida a través de cada envío y asegura la difusión cultural argentina al más alto nivel internacional.

Además de la exhibición en el Pabellón Nacional, Argentina tiene una fuerte participación gracias a la propuesta curatorial de Adriano Pedrosa, que incorpora obras de numerosos artistas nacidos y radicados en Argentina.

 

Este año se sumaron al envío oficial el dúo Chiachio & Giannone, invitado por el principal sponsor del encuentro para exhibir dos obras textiles. Además, obras de 15 artistas argentinos nacidos o radicados en el país se pueden ver en la muestra curada por Pedrosa. Se trata de Claudia Alarcón & Silät de la comunidad wichí La Puntana, la mendocina y queer La Chola Poblete, la santafesina Mariana Telleria, la pintora americanista Juana Elena Diz, y obras de los artistas fallecidos Libero Badii, Elda Cerrato, Victor Cúnsolo, Juan Del Prete, Raquel Forner, María Martorell, Emilio Pettoruti, Lidy Prati, Kazuya Sakai, Clorindo Testa y Bibi Zogbé.

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