EL PRISMA DE “EL DORADO”. LA RIQUEZA COMO TRAMPA

El dorado es un mito basado en una creencia europea sobre la existencia de una ciudad perdida de oro en América. Un motor de los conquistadores para abrirse paso de forma brutal por un continente que desconocían.

La exhibición sumerge al visitante en un juego de expectativa y realidad en torno a la fantasía del tesoro de América Latina y su posterior explotación. Se aborda el surgimiento de la identidad latinoamericana revelando la complejidad del legado cultural que deja nuestro continente.

Desde el inicio, se construye de forma meticulosa la fantasía del tesoro, que despierta una expectativa palpable en la primera sala de la exposición. Sin embargo, para adentrarnos en la esencia del Dorado, es necesario correr la cortina y cruzar el umbral para enfrentarnos a la realidad.

El dorado, representado en diversas obras de arte, funciona como un prisma simbólico que nos invita a matizar su significado. Se revela en múltiples facetas, usos y representaciones, en donde cada obra refleja una materialización de esa fantasía. No existe una versión idéntica a la otra y la riqueza asociada al dorado difiere en cada representación.

A través de la leyenda de El dorado, la exposición nos muestra cómo se han moldeado a lo largo del tiempo las ideas sobre tesoro, riqueza y abundancia en la región. El Dorado se convierte en un vehículo que impulsa la formación de concepciones diversas y cambiantes en nuestra cultura. Nos invita a reflexionar sobre cómo estas nociones influyeron en nuestra visión del mundo y la construcción del supuesto valor que tenía América.

Además, se plantea El dorado como símbolo de trascendencia, un concepto que se persigue, pero nunca se alcanza. Se revela como una quimera, una búsqueda constante que a la que se intenta llegar a través de distintas representaciones.

Pero como todo sueño que se enfrenta a la realidad, la leyenda no era del todo cierta: no había una ciudad de oro, pero sí un continente con muchísima riqueza que trajo, a su vez, muchísima complejidad. La riqueza puede ser el maíz o los alimentos; la riqueza puede traer conflictos de igualdad; la riqueza es la cultura del continente con artesanías y herramientas propias; la riqueza se puede encontrar en la selva; la riqueza, quizás, se pagó con un costo demasiado alto. Cada artista manifestó su propio entendimiento para hacerle frente a la leyenda y tomar control sobre el poder del continente latinoamericano.

Es difuso el mensaje final: ¿el oro fue una condena y hoy se transformó en una posibilidad?, ¿el continente americano sigue sufriendo la explotación severa de sus valiosos recursos? No queda del todo claro qué quieren hacer los artistas representando el valor de la tierra, y el impacto que tiene la historia en sus creaciones. Quizás es una búsqueda, quizás es una manera de ganar voz sobre el territorio.

El dorado. Un territorio. Exposición colectiva.

Hasta el 8 de agosto de 2023.

Fundación PROA. Av. Don Pedro de Mendoza 1929, ciudad de Buenos Aires, Argentina.