LOS CUENTOS INCONCLUSOS DE LILIANA PORTER

Por Álvaro de Benito | septiembre 12, 2024

Liliana Porter (Buenos Aires, Argentina, 1941) tiene una larga historia con Espacio Mínimo. La galería madrileña mima cada movimiento y celebra la extensa relación con la artista argentina, ofreciéndole siempre la posibilidad de recibir su obra y ser testigo de la evolución. Para la apertura de la temporada del espacio, el desembarco lleva como nombre Otros cuentos inconclusos, una nueva propuesta que versa sobre la representación y sobre dos ejes dimensionales —espacio y tiempo— que son testigos de muchas de las preguntas que se plantean sobre las relaciones humanas.

LOS CUENTOS INCONCLUSOS DE LILIANA PORTER

Abocada a emplear el vacío del espacio, aunque sea elección propia, Liliana Porter despliega sus ingenios preexistentes para representar situaciones y diálogos entre entorno y objeto, entre memoria y la propia subjetividad que ejerce su poder a la hora de formalizar y materializar ese azar trazado. Con ello, se intenta acercar una respuesta a esas dudas y cuestiones de carácter relacional que se desarrollan en espacios que no están circunscritos ni a un momento ni a un lugar determinado.

 

Ello puede observarse de manera fehaciente en La Barrendera, instalación de grandes dimensiones que preside la entrada al espacio y que asume, con impacto visual, la capacidad de plasmar esa idea en algo físico, por mucho que ronde lo inmaterial en el concepto. Si bien se puede encontrar cierta reminiscencia en este trabajo de su serie Trabajos forzados, nada puede ser igual al resto, tanto por la sustitución e incorporación de lo situacional como por cierta energía subjetiva que se desprende del hecho de la memoria y de su importancia en la construcción de la personalidad.

 

Una mirada más detallada al despliegue objetual nos lleva a esas señales de referencia que reaparecen en el imaginario de Porter, pero, sobre todo, a ciertos juegos antagónicos e imposibles que construyen sobre esas posibilidades relacionales. Reina sobre todo ello también un carácter estético, prácticamente complementario o representativo de ese optimismo cuasi político que la artista enarbola.

 

Además de la pieza principal, la muestra cuenta con varias instalaciones y obras de mediano y pequeño formato que saben de su papel casi complementario, un rol que pudiera asumir también el video Cuentos inconclusos, resultado de la complicidad artística entre Liliana Porter y Ana Tiscornia (Montevideo, Uruguay, 1951), y donde también se pone en juego la percepción y el poder narrativo.

Otros cuentos inconclusos puede verse hasta el 8 de noviembre en la galería Espacio Mínimo, calle del Doctor Fourquet, 17, Madrid (España).

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