LAS HISTORIAS ERRANTES DE CECILIA PAREDES EN BLANCA BERLÍN
Desde sus distintas perspectivas interdisciplinares, Cecilia Paredes (Lima, Perú, 1950) aterriza en Blanca Berlín con una colección de imágenes que versan sobre las cartografías imaginarias, los desplazamientos y las relaciones humanas en su parte conceptual, materializada, sobre todo, en la tela como principal material expositivo. En Historias errantes, la peruana apuesta por recuperar materiales gráficos anclados en la antigüedad, tales como cartas astrológicas, grabados de descubrimientos y mapas, que se convierten, tras la manipulación de las partes, en composiciones absolutas de imposible, pero estética iconografía.
A pesar de que su obra más (re)conocida deambule por otros territorios técnicos, la presencia de su más reciente producción en esta muestra ahonda en esa vertiente de manejo del bordado y la tela como una alternativa más para expresar las áreas en las que desarrolla su trabajo y que ya mostrase de manera semejante en su propuesta Celestials (2018).
Paredes trabaja desde hace tiempo con el colonialismo, los viajes, el pasado y la memoria, ejes que subyacen en estas Historias errantes y que reconstruyen y recuperan no solo esa visión más instrumental, sino esa parte que les corresponde a los objetos con los que opera de cierto sustrato sentimental, arcaico, ciertamente histórico, pero de enorme belleza y valor artístico, así como de indudable recuperador de la memoria.
El resultado de la serie Mito y memoria, principal esqueleto que vertebra el recorrido propuesto por la galería, rememora estilos y percepciones lejanas en el tiempo y juega con el anacronismo de las mismas como principal vector para posicionarse en su intención de hacer comprender el valor de las referencias temporales y el comportamiento de las mismas en lugares y momentos que no les corresponden. Son léxicos imaginados, símbolos del pasado que han podido perder su función originaria, pero que, en ningún caso, han abandonado su faceta estética.
Existen diálogos entre piezas de otras propuestas igual de novedosas en su haber y que se intercalan en el proceso para enriquecer el entendimiento de la visión de la artista. Las dos piezas de Maneras de ver el cielo sirven también de cartografía de la diversidad, del cosmos que crece en las relaciones y en el comportamiento de una diversidad vista en perspectiva, mientras que el par de Apuntes personales, con una historia intrínseca más personal y subjetiva, refuerza la idea de lo textil como representación de lo tangible, pero también de la metáfora del entrelazado, ese mismo que aborda el espectador al enfrentarse a la totalidad de esta propuesta.
Historias errantes puede verse hasta el 2 de noviembre en la galería Blanca Berlín, calle del Limón, 28, Madrid (España).