ASTERISCO VOLCÁNICO AVATAR FRUTAL

From 01/02/2024 to 23/03/2024
Madrid, España

La exposición asterisco volcánico avatar frutal del colectivo assume vivid astro focus (avaf) en Marlborough presenta tapices de lana de alpaca peruana, cortinas de aluminio anodizado y pinturas acrílicas sobre doble hoja de papel kraft corrugado.

ASTERISCO VOLCÁNICO AVATAR FRUTAL

Todas las obras de la exposición tienen su germen en una máscara creada en 2008 para una instalación inmersiva en Area Sacra di Largo Argentina –donde ocurrió el asesinato de Julio César– en Roma, un proyecto de arte público comisariado por Francesco Bonami, que les encargó la apertura del sitio de interés arqueológico por primera vez al público. Este espacio estuvo sin uso durante largo tiempo, periodo el cual acogió a una colonia de gatos callejeros y se convirtió en un santuario para felinos. Para integrar a sus pobladores iniciales, avaf decidió crear dos máscaras de gato que fueron distribuidas en la inauguración, con la finalidad de que el público no asustara a los legítimos lugareños. Así, los visitantes se convertían en animales y se internaban en otras perspectivas sobre el mundo: el antifaz se ha asociado a la ocultación de la identidad y, paradójicamente, a veces nos cubre la vista para poder escudriñar con libertad. Esto permite, además, diluir la identidad de los individuos en una pertenencia colectiva, lo cual entronca con la práctica asociativa de avaf.

Utilizando un patrón de esta máscara, el colectivo realizó una exposición en aquel mismo año en Peres Projects en Berlín. Posteriormente, la imagen de la máscara siguió manipulándose hasta convertirse en papel de pared. En La Conservera de Murcia, en 2010, la máscara volvería a aparecer metafóricamente en forma de pirámide a partir de fragmentos de una instalación laberíntica expuesta anteriormente en el Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño de Oslo. De los fragmentos de esta pirámide surgió la idea de empezar a crear pinturas, que no se materializaron hasta 2014 en Suzanne Geiss en Nueva York.

 

A partir de 2016, cuando la autofagia se convierte en una constante, avaf comienza a indagar en cómo reproducir la intensidad del color de la pantalla del ordenador con acrílico y pigmento partiendo de las formas y glitches iniciales del archivo de la máscara de Roma. La idea de este color iluminado consiste en transmitir energía al espectador: hay un aspecto sanador en esta energía tonal, que inocula un estado positivo y vivaz. También la máscara propicia esta terapia, a caballo entre la curación por disociación de identidad y la reconciliación con la encarnación de otras especies y formas de vida. En el éxtasis festivo de una celebración carnavalesca, entre caretas y vivos colores, podemos simbolizar y personificar el perdón, el olvido, la ofrenda o la gratitud. Nos enmascaramos para sanar, para hacernos otros (o exponer quien realmente somos sin limitaciones) durante un periodo de tiempo acotado, y esa acción performativa permite reconstruirnos en otras facetas.

Entre el dogma y la plegaria, el uso del color ha sido indiscutible en el tratamiento de todo tipo de malestares y dolencias, del cuerpo y el alma por igual. Por ello no resulta sorprendente saber que el colectivo avaf viene afianzando, mediante la praxis, una filosofía artística en la que defiende que el color debe trascender su significado cultural. De esa certeza nace la indagación en nuevas formas de exponerse al brillo, a la vibración, a la superficie refulgente en materiales dispares. Conviene recordar que etimológicamente, la raíz indoeuropea de la palabra color significa “lo que cubre”. El color y la máscara son, por tanto, artefactos hermanados en la ocultación que trascienden su naturaleza inicial para acabar revelando una verdad más profunda, un impulso de sanación y redirección de la energía.

 

Asterisco volcánico avatar frutal. Exposición del colectivo Avaf.

 

Hasta el 23 de marzo, 2024.

 

Marlborough. Orfila 5, Madrid 28010. España.

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