MARGARITA RITA RICA DINAMICA: LA EXHIBICIÓN EN EL MUSEO REINA SOFIA
La exposición Margarita Azurdia. Margarita Rita Rica Dinamita es la primera monográfica en Europa dedicada a Margarita Azurdia (Antigua Guatemala, 1931 – Ciudad de Guatemala, 1988), una de las artistas centroamericanas más emblemáticas del siglo XX.
La muestra ahonda en la trayectoria de la artista con un recorrido extenso que abarca pintura, escultura y arte no objetual, así como libros de artista elaborados con dibujos, collages y poemas. Desde una mirada retrospectiva, la exposición permite adentrarse en el panorama del arte moderno y contemporáneo de Guatemala, e invita a recorrer la metamorfosis creativa experimentada por la artista entre 1960 y mediados de la década de 1990. Queda plasmado también los múltiples cambios de nombre con los que firma sus obras a lo largo de los años.
Desde mediados de la década de 1960 y principios de la siguiente, Azurdia incursionó en las formas geométricas inspiradas en los diseños textiles indígenas de Guatemala, que aplicaba principalmente a la pintura. Su serie Geométricas fue expuesta en la Galería DS de Ciudad de Guatemala en 1968. Dos años más tarde, la artista recibió una mención honorífica en la X Bienal de São Paulo por su serie Asta 104 (1969) —pinturas escultóricas de grandes dimensiones—, como cuestionamiento de la propia disciplina.
Al igual que otros artistas latinoamericanos activos en ese momento, y en línea con las preocupaciones formales y conceptuales a nivel internacional, Azurdia se interesó por integrar al público de manera activa en sus obras. En la II Bienal de Arte Coltejer (1970), en Medellín, la artista deja atrás su trabajo eminentemente pictórico y se adhiere al espíritu de la época con la instalación Por favor quitarse los zapatos, creada para la ocasión, con la que invitaba al público a adentrarse en un lugar de experimentación sensorial mediante elementos performáticos e interactivos. En la III Bienal de Arte Coltejer (1972) su serie de esculturas de mármol móviles despuntaron por estar sujetas a las pulsiones de los espectadores.
Entre 1971 y 1974, Azurdia realizó una emblemática serie de esculturas conocida como Homenaje a Guatemala. Compuesta por cincuenta tallas directas en madera encargadas a artesanos especializados en figuras religiosas, el resultado es un conjunto de montajes con objetos artesanales, figuras zoomorfas y mujeres ataviadas con botas, fusiles y frutos tropicales que evocan los altares de los pueblos del altiplano guatemalteco, donde se hace evidente el sincretismo cultural y religioso que impregna la compleja historia de Guatemala. Estas esculturas son muestra de una de sus transformaciones más radicales que abrió el tránsito hacia nuevos modos de expresión.
En 1974 Margarita Azurdia se trasladó a París, epicentro de una verdadera revolución de ideas. Allí comenzó a asistir a círculos de mujeres artistas que la animaron a trazar un antes y un después en sus propias concepciones femeninas y artísticas. Además de verse absorta por la danza contemporánea, se concentró en la escritura y la ilustración de varios de sus libros de artista. A su retorno a Guatemala en 1982 conoció a los artistas Benjamín Herrarte y Fernando Iturbide, con quienes formó un grupo de danza experimental llamado Laboratorio de Creatividad, en el que canalizaron sus inquietudes por la exploración del movimiento, los orígenes del ritual y las danzas sagradas. Tras su disolución en 1985, Azurdia continuó explorando el paradigma entre arte y espíritu impartiendo talleres y profundizando en las ideas del cuidado y la sanación vinculadas con la naturaleza y el medioambiente, derivas que también se reflejan en la pintura de los últimos años de su carrera, plenas de desconcertantes trazos espontáneos que reflejan el rebrotar de las sensaciones y memorias que marcan su historia personal.